EN BARILOCHE, EN EL PISO PRIMERO del Sanatorio San Carlos se encuentra la sala de terapia intensiva.

Allí en un ambiente donde predomina el silencio y abundan equipos médicos y facultativos, Mauro Giallombardo da pelea.

A Jorge Molinatti, marplatense, otro luchador, habitante del mundo de los fierros desde hace muchos años; uno de los amigos y manager de La Rana, está invadido por la ansiedad que intenta controlar y desde ya, la preocupación que como tantos, cuantos seguidores del automovilismo lo expresan en las redes sociales (con el hashtag #FuerzaMauroGiallombardo), y de las maneras que lo puedan hacer.

A Vision, Molinatti le ha transmitido antes que apareciera el nuevo parte médico, sus sensaciones luego de la data recogida, acerca de como se encontraba Mauro, “el médico que lo operó estaba contento podría decirse, porque si bien se encontraba grave, su condición era estable lo que no era poco considerando lo difícil de la situación».

 

Estremecedora imagen del estado en que quedó el auto en que viajaban Mauro y sus amigos.

 

Reiteró Molinatti que se debía aguardar que transcurrieran las primeras 72 horas, luego de las dos operaciones practicadas para descomprimir el cerebro para, de esa manera, disponer de más información acerca del estado de Mauro y su evolución diaria y de acuerdo a como evolucionara,  los médicos podían resolver retirarle la medicación para “sacarlo” del estado de coma inducido y observar como reaccionara.

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«Estamos esperando y rezando, es la forma en que puedo sintetizar como vivimos estas horas”, había sostenido Molinatti. ¿Que más?

 

Por C.S

 

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