AL MENOS, MANTUVO LA RACHA.

Desde que el WTCC llegó a Termas allá por 2013, la buena costumbre de tener a un argentino en lo más alto del podio -y del campeonato- se repitió durante tres temporadas más, con el reinado inclaudicable de Pechito López y el todo poderoso equipo Citroën. Claro, el cordobés se fue a buscar nuevos desafíos y Esteban Guerrieri y Néstor Girolami tomaron la posta del tricampeón.

Esta vez, claro, el contexto fue diferente. Y, dentro de este panorama fue Guerrieri, con el Chevrolet Cruze del Campos Racing, un auto que no goza del desarrollo ni de los Honda y ni de los Volvo oficiales, el que posibilitó que la bandera argentina flamease en el podio con el tercer puesto conseguido en la primera carrera (había clasificado 4°), rematando su faena con un 4° puesto en la segunda final.

«Fueron dos competencias exigentes y reñidas. La primera resultó de un trámite especialmente agresivo, y yo quería hacerlo de esa manera frente a mi público para darlo todo. Lo bueno es que con esa táctica pude subir al podio, cosa que deseaba mucho», comentó Esteban, quien explicó que «las largadas siguen siendo uno de nuestros mayores déficit porque me obliga a recuperar puestos ya desde los giros iniciales de una carrera».

Esteban se dio el gusto de hacer podio ante su gente. Ahora, espera poder continuar en el WTCC (Foto: prensa Guerrieri).

 

Guerrieri, además, espera que estos buenos resultados le posibiliten seguir en la categoría, algo que, hoy por hoy, es una incógnita: «Sumé bastante y estoy entre los diez primeros del campeonato. Todas las sensaciones que me llevo son muy lindas y espero que influyan a la hora de definir lo que sería el resto de mi temporada en la categoría”.

Menos placentero resultó para el Bebu su fin de semana termal. Es que el de Isla Verde siguió penando, como en Vila Real, con una vibración en la dirección que viene mermando considerablemente el rendimiento del Volvo S60 del Polestar Cyan Racing. Así, en la primera carrera abandonó cuando marchaba 9° porque se le paró el motor, mientras que en la segunda pudo rescatar algunos puntos con mucho esfuerzo tras llegar 6°.

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“Lo único bueno del fin de semana es que en la segunda carrera, se terminó de romper algo, que me generaba esa gran vibración, porque directamente los cambios no entraban como debían, y tenía que pasar las marchas manualmente y con el embrague, sin power shift. Obviamente se pierde mucho en las rectas, y la vibración se incrementó cada vez más», se quejó Girolami.

Girolami siguió sufriendo con la dirección del Volvo, pero rescató un sexto puesto (Foto: prensa Girolami).

 

Y se mostró esperanzado en que, desde ahora, pueda ser todo lo competitivo que desea: «Si ese era el problema, quizás ahora empieza una nueva era para mí en la temporada. A trabajar tan duro y con tanto compromiso para China como en cada carrera, de eso no tengan la menor duda”.

Yendo a los ganadores, el francés Yann Ehrlacher, con un Lada Vesta, se subió por primera vez a lo más alto del podio, donde fue acompañado, además de Guerrieri, por el marroquí Mehdi Bennani con el Citroën C-Elysée. En tanto, en la carrera que cerró la quinta visita del WTCC a Termas, la victoria se la llevó el húngaro Norbert Muchelisz con el Honda Civic oficial, escoltado por su compañero portugués Tiago Monteiro y por el sueco Thed Björk con el Volvo S60.

¿Cómo quedó el campeonato? Lo lidera Monteiro con 200 puntos, seguido por Björk con 188 y Michelisz con 171. Por su parte, Guerrieri marcha octavo con 113 unidades, mientras que Girolami está 9° con 68. La próxima, el 15 de octubre en Ningbo, China.

Este sí que se fue contento: el francés Ehrlacher logró su primera victoria (Foto: prensa WTCC).

 

 

Por Cristian Re.

 

 

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