GOLPES VARIOS.
La novedad de transitar un circuito nuevo, como el de Mugello, no entregó ganador nuevo en la Fórmula 1. Tras la pausa de Monza, volvió la rutina del 1-2 de Mercedes Benz con Lewis Hamilton al frente y Valtteri Bottas como escolta. El Gran Premio de la Toscana disputado en un circuito que nunca había corrido el inglés, no fue escollo para que festejase su triunfo número 90. Si la rutina se mantiene dentro de dos semanas en el Gran Premio de Rusia, Lewis igualará el récord de Michael Schumacher.
En cambio, el circuito nuevo provocó varios choques. Sin completar la vuelta inicial, el primero involucró a Max Verstappen y Pierre Gasly. El Red Bull quedó en la leca y seguramente también enterradas allí, quedaron las remotas ilusiones del holandés al título. Asimismo el prematuro abandono de Gasly confirmó lo breve que puede ser el camino de la alegría del primer triunfo, como el obtenido por francés la semana anterior en Monza, a la decepción de no pasar la vuelta inicial en Mugello.
Las cinco vueltas con auto de seguridad no calmaron los ánimos. En plena reanudación hubo un múltiple choque en mitad del lote que tuvo como protagonistas al McLaren de Carlos Sainz, el Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi, el Williams de Nicholas Latifi y el Haas de Kevin Magnussen. “¿Quién es el idiota que andaba tan lento en la punta?” se escuchó decir al siempre expresivo Romain Grosjean cargando la responsabilidad sobre el supuestamente lento andar de Bottas. Una responsabilidad descartada por los comisario deportivos. Bandera roja y otros cuatro autos fuera de carrera sumando seis (el 30% del parque) sin haber dado una vuelta completa a velocidad…
La reanudación trajo una calma que a falta de una docena de giros interrumpió el fuerte despiste del Racing Point de Lance Stroll. Salió ileso el canadiense pero perdió la posibilidad de su segundo podio consecutivo. Nueva bandera roja. El regreso a la pista para el breve tramo final mostró como principal modificación detrás de los dominantes Mercedes el acceso de Alex Albon al tercer lugar por sobre Daniel Ricciardo. Fue su primer podio y también el primero de un filipino en el Mundial de Fórmula 1.
Párrafo aparte para otro opaco Gran Premio del equipo Ferrari. La ilusión creada por el quinto lugar de largada de Charles Leclerc y reforzada por ese tercer puesto que el monesgaco ocupó en la parte inicial se fue derrumbado con el transcurrir de la carrera. Y tan fuerte resultó el derrumbe que Leclerc terminó octavo y Sebastian Vettel, en el décimo lugar. Un resultado acorde con su realidad deportiva pero no el que merecía la celebración del Gran Premio número 1000.