“ES UN AFANO, SUSPENDANLO…”
Este cántico futbolero, escuchado en los estadios ante la abrumadora superioridad de un equipo sobre otro, bien podría aplicarse al actual Campeonato Mundial, viendo como se vió en el monótono Gran Premio de España la contundente superioridad con la que Lewis Hamilton selló sobre el Mercedes Benz su quinto triunfo (cuarto consecutivo) en la competeneica hispana y el número 88 en su campaña en esa carrera por alcanzar y superar los 91 de Michael Schumacher. Un triunfo que también lo pone cerca de igualar a Schumi en el récord de sus siete títulos mundiales.
Es cierto que el automovilismo es un deporte con más imponderables que el fútbol y muchas cosas pueden pasar en las carreras que faltan que por ahora son siete pero podrían ser al menos cuatro más si se concretan las gestiones para volver a Turquía y al trazado español de Jerez de la Frontera y se confirma la primera excursión extraeuropea del año para rubricar esta atípica temporada en Bahrein y Abu Dhabi.
Pueden pasar muchas cosas, pero Mercedes parece estar preparada para resolver esos imprevistos. Se vio con el problema de los neumáticos, que sobrevolaba como un fantasma tras los disgustos que le dio en las carreras en Silverstone con el susto de la goma pinchada en el Gran Premio de Gran Bretaña y la derrota en el 70° Aniversario.
“El equipo trabajo mucho para solucionar los inconvenientes con los neumáticos que nos habían complicado en las carreras anteriores” destacó Hamilton en el reconocimiento al trabajo del equipo en los últimos días. Un equipo que a su vez deberá agradecer a Lewis por su capacidad y experiencia para saber administrar el rendimiento de los distintos compuestos de neumáticos, al punto de aconsejar para el tramo final la continuidad del intermedio en vez del blando que pretendía el equipo. Una decisión con la autoridad propia de los grandes campeones y que redondeó el impecable trabajo de Lewis que amplió a 37 puntos (132 a 95) su ventaja en el campeonato por sobre Verstappen, su más cercano escolta..
Frente a todo esto, Max Verstappen hizo lo que pudo, que fue bastante porque anduvo más allá del límite pensado con su segundo lugar que impidió el tercer 1-2 consecutivo de Mercedes en el Gran Premio español. Una situación en la que también tuvo responsabilidad Valtteri Bottas con otra floja largada que lo retrasó inicialmente del segundo lugar en la grilla al cuarto detrás de Verstappen y Lance Stroll. Pudo recuperar una posición ante el Racing Point del canadiense (terminó 4° en destacada tarea) pero nunca fue amenaza para Max. Ni siquiera en el tramo final cuando calzó gomas blandas.
Este Gran Premio de España terminó de dejar claro que dentro el mismo equipo Bottas no es el gran rival de Hamilton. Tan claro como que ese lugar lo ocupa Verstappen aunque por ahora su Red Bull no tenga el nivel de las Flechas Negras y eso conspire contra la posibilidad de ver duelos visuales más emotivos en la pista y todo se limite a duelos de estrategias. Qué lástima.
Foto: formula1.com
Convengamos Hamilton y Mercedes no tienen la culpa, pero con un auto como ese cualquier piloto que integra la categoría estaría en condiciones de ganar, no se necesita una estrategia especial.
Para los televidentes no tienen ningún sentido perder tiempo observando una carrera, son un calco del ingles sacándole treinta segundo al escolta y una vuelta al cuarto.
Creo además que para Hamilton además de ganar no le reporta nada, no tiene con quien medirse, ni que hablar si impone todo el ritmo que el auto le permite además de sus condiciones.
Es hora de reveer los espectáculos de F1-