PATÉTICAS…
… y poco propicias para las expectativas del Gran Premio de Bélgica, habían sido las palabras de Toto Wolff y Max Verstappen de cara a la séptima fecha del Campeonato Mundial de Fórmula 1.
“Es una extraterrestre”, calificó el director deportivo de Mercedes Benz a esa espectacular vuelta de Lewis Hamilton en el siempre difícil circuito de Spa-Francorchamps, donde además de superar su anterior récord, marcar su 93ra pole y batir el récord del trazado belga, tuvo el significado de la humillación para sus escoltas, y especialmente para su compañero Valtteri Bottas, al que el inglés aventajó por 511/1000. Una diferencia que el propio Wolff no atribuyó a un problema psicológico del finés por la superioridad de Lewis, sino a un menor rendimiento (“patinaba mucho”) del Mercedes Benz número 77. Pudo ser. O no. “No creo que lo pueda alcanzar a Lewis en carrera, salvo que el clima me de una oportunidad y llueva”, reconoció Max Verstappen, quien sobre su Red Bull mantenía la costumbre de escoltar a los dos Mercedes en clasificación. ”Con lluvia será más divertido”, avisó el holandés, consciente que esa alternativa climática, que suele darse en Spa, era la principal carta para vencer a Hamilton.
Frente a estos pronósticos, apareció un Lewis Hamilton con una motivación especial que demostró en clasificación. Fue el recuerdo de su amigo Chadwick Roseman, el actor de la película Black Panther (Pantera Negra), la primera en destacar la gesta de un superhéroe de raza negra. Lewis se enteró de la muerte de Roseman antes de ir al circuito, y eso movilizó sus sentimientos. “Fue una noticia triste, que me pegó fuerte, y me motivó para dar esa vuelta tan especial y demostrar que siempre es posible superarse”, le contó Lewis a Paul Di Resta, el ex Fórmulal 1, devenido a conductor televisivo.
Un verdadero extraterrestre, este Lewis Hamilton que otra vez aparecía inalcanzable y encima súpermotivado,