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UN INTERROGANTE PERTINENTE ANTE 2026, EL VIGÉSIMO AÑO CONSECUTIVO DE CAMPAÑA DEL PILOTO INGLÉS

Lewis Hamilton nunca se acostumbró a correr los Fórmula 1 de Efecto Suelo (2021-2025), tan propensos al understeer (ida de trompa) que tanto aborrece. Ya le ocurría con los mediocres Mercedes de la serie W13-W15, pergeñados por Mike Elliott, que acabó saliendo del equipo por la puerta de atrás; ese sentimiento de desagrado resultó agravado por la funesta SF25 de Ferrari, con tantos problemas aerodinámicos y, especialmente en el caso del inglés, con frenos Brembo que le resultaban completamente ajenos.

Así no es extraño que Hamilton haya concluido su peor temporada desde que debutó en la máxima categoría. Sin un triunfo en un Grand Prix (solo el Sprint de China), sin siquiera un podio, vapuleado por su compañero Charles Leclerc (siete podios, una pole, un record de vuelta) e incapacitado al final siquiera de poder poner sus neumáticos en la temperatura ideal de trabajo, con la consecuente seguidilla de cuatro eliminaciones en Q1 (tres GGPP y un Sprint). Pésimo.

Estarás pensando en que se acabe el año– le preguntó Rachel Brookes en Qatar.

Y que arranque pronto el nuevo campeonato.

No, para nada…

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Hamilton con la SF25, el auto que lo puso a parir.

Su coche y su estilo hablan diferentes idiomas. Hamilton se autoincriminó tanto durante la temporada que no es descabellado pensar que, hoy Fernando Alonso (44) está conductiva y mentalmente más fuerte que su ex compañero de equipo (40). El domingo dio cátedra de cómo se corre en la mitad del pelotón; si hubiera sido el compañero de Max Verstappen en lugar de Yuki Tsunoda, el neerlandés presumiblemente habría conquistado su quinta corona.

Alonso se mantiene en vigencia en procura de un objetivo: algunos creen que es ganar su tercer título mundial, algo que se le negó en tres ocasiones (2007, 2010, 2012), pero todo parece más sencillo si se leen entre líneas las profusas declaraciones del asturiano. Cansado de viajar tanto por el mundo (un campeonato de 24 carreras agota hasta a los jóvenes), Alonso solo sueña con la 33, su última victoria en la F-1, doce años después de la última. Si la logra en 2026, con el primer Aston Martin concebido por Adrian Newey, pondrá en consecuencia final a su carrera.

¿Y Lewis? ¿Está decidido a afrontar otro desafío en Ferrari después de este annus horribilis? Criticado por muchos, incluido quien lo convocó y aceptó pagarle 200 millones de euros por su contrato –John Elkann (foto inferior)-, necesita recargar baterías antes siquiera de decidir sus próximos pasos. Se recluirá sin duda en su casa de Denver, Colorado, sin celulares como prometió para aislarse del mundo, y decidir sus siguientes pasos.

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John Elkann y Hamilton en Maranello.

El sueño de un octavo título, que restañe la herida abierta en aquella definición de Abu Dhabi cuatro años atrás, cuando sintió que le arrebataban lo que se había ganado en buena ley, es el fantasma que está arruinando un bello final de campaña.

Si Hamilton hubiera sido Fangio, se habría retirado pocas carreras después de aquella amargura, quizás tras ganar un Grand Prix. Como eso no ocurrió en 2022, siguió adelante.

Si Hamilton hubiera sido su buen amigo Niki Lauda, habría dejado de correr un año después, habiendo probado que ya no tenía nada que probar. Pero siguió adelante pese a haber sido vencido sin atenuantes por su compañero George Russell.

Pero Lewis es Hamilton. Sin mujer ni hijos, vive para él. Para sus gustos, sus deseos, sus obsesiones. Hay una que lo sigue deslumbrando. El octavo título. Y, sin embargo, todo indica que, cuando dentro de mucho tiempo se tome perspectiva histórica de su campaña, Abu Dhabi 2021 aparecerá como un punto de inflexión. Y los revisionistas escribirán: “no debió haber continuado”.

Es, de alguna manera, un mantra que se repite de manera habitual cada vez que Lewis se baja de su Ferrari antes de que arranque la Q2 o cuando ve la bandera a cuadros. Pero el inglés parece decidido a darle la espalda a semejante demanda popular. Es difícil creer que Lando Norris lo haya reemplazado en el corazón de la mayoría de los fanáticos británicos; basta con que no lo crea él para continuar adelante.

El problema es que, quizás, los objetivos eran demasiado altos desde el comienzo. Pero, siendo Ferrari y siendo Hamilton, ¿cómo hubieran podido ser modestos?

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La primera foto oficial de Hamilton y Ferrari: las expectativas eran altísimas.

Uno de los decanos del periodismo italiano de automovilismo, Leo Turrini, ha escrito: “Estoy hundiendo a Hamilton. No se trata de ser cruel, pero resultados como estos son desconcertantes. Dolorosos (…) No fue un sueño, sino una pesadilla. A pesar del malestar colectivo provocado por un Ferrari lamentable, Lewis estaba a más de tres décimas de Leclerc. Demasiado, al final de la temporada. Es decir, el siete veces campeón del mundo lleva un año en Maranello; ¿cómo es posible que todavía se sienta alejado del entorno, del grupo, del equipo? ¿Tiene futuro su matrimonio con la Rossa? Son preguntas serias e inquietantes. Quizás solo la persona en cuestión, solo Hamilton, sepa la respuesta. Pero la sospecha es que está equivocada”.

Maurizio Arrivabene, Team Principal de Ferrari entre 2015 y 2018, lo ve de una manera distinta: “Para mí, Lewis no está acabado. Sigue siendo competitivo. Pero solo contratas a alguien como Hamilton si puedes darle un coche competitivo. Necesita el equipamiento adecuado para rendir al máximo. Si no lo tienes, no lo contrates. No es una crítica, es sentido común”.

Su ex patrón, Toto Wolff, señala que «Lewis necesita un coche con el que se sienta bien. Entonces puede seguir siendo increíblemente rápido y luchar en cabeza». Pero entiende sus dificultades en Italia: «Sólo te das cuenta cuando has trabajado en equipos británicos como McLaren y luego Mercedes, que hay una cierta normalidad en estas organizaciones; una forma de trabajar a la que estás acostumbrado como británico. Entonces, cuando te unes a un equipo italiano, con tanta pasión y emoción de por medio, probablemente te sientes un poco como pez fuera del agua».

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Hamilton en Ferrari: ¿un pez fuera del agua?

Quizás sean demasiados dilemas por resolver. ¿Una obsesión recurrente? ¿Un coche poco competitivo? ¿Un equipo desmadrado y poco eficaz? ¿Un país que le reclama que esté a la altura de su leyenda?

El 30 de enero próximo, cuando Hamilton haya completado la primera semana de ensayos con su nueva Ferrari 678, dará pistas sobre su destino.

 

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Blue Def
Fate

1 COMENTARIO

  1. Interesante repaso de la noticia del año,la paliza que Leclerc le propinó al inglés TODA la temporada.Inesperado.
    Está teniendo un final de campaña tan penoso como el de Schumi en Mercedes.
    Campeones de barro??

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