DECISIÓN INMEDIATA.
Antes de lo que muchos suponían, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha reaccionado frente a las críticas de los pilotos de Fórmula 1 por los efectos nocivos del ya famoso porpoising, o sea el rebote de los autos, especialmente en las rectas, que entre sus principales perjudicados tiene al equipo Mercedes Benz y de modo particular a Lewis Hamilton.
Por eso antes del inicio del Gran Premio de Canadá, la FIA emitió una directiva técnica para informar cómo se abordará el problema en el corto plazo, a la espera de una reunión con todos los equipos para combatirlo en su origen. Asimismo ha aclarado que decidió intervenir tras las consultas médicas y en interés de la seguridad de los pilotos.
«En un deporte donde los competidores manejan a velocidades superiores a los 300 K/h, se consideró que toda la concentración del conductor debe estar enfocada en esta tarea, y la fatiga o el dolor excesivos podrían tener consecuencias significativas si una pérdida de atención” señala el comunicado que reitera la preocupación del organismo por el daño físico inmediato en la salud de los pilotos, algunos de los cuales se han quejado de dolores de espalda después de las últimas carreras
Ya entrando en la parte técnica el texto destaca que “a partir de ahora, o en todo caso lo antes posible, se revisarán con más detalle los fondos de los coches y, en particular, la almohadilla utilizada para controlar el desgaste. Un consumo elevado sería el reflejo de un «abultamiento» excesivo, que puede ser el origen de los rebotes pero también de estructuras mecánicas demasiado rígidas, como exigen las máquinas de efecto suelo de 2022 para optimizar la carga. También se definirá un sistema de medición, basado en aceleraciones verticales, para comprender cuál es un umbral aceptable de oscilación en el eje y se ha pedido a los equipos que ayudaran a encontrar la ecuación matemática correcta”.
Con esta decisión queda claro que la FIA se movió con cierta precaución no imponiendo una altura mínima desde el suelo para todos los coches (algo rechazado por los equipos), sino que prefiere analizar el proyecto y evaluar cada caso individual. Es posible que los equipos sin problemas de rebote, o en cualquier caso bajo control, como ocurre con Red Bull, no deban hacer ninguna modificación mientras que Mercedes, quizás el que más sufre con este problemas, se vea obligado a sacrificar el rendimiento en nombre de la seguridad.