CONTINUIDAD ANTES QUE CAMBIO
Mucho antes de que Flavio Briatore arreglara el resultado del Grand Prix de Singapur de F-1 de 2008, mandando a chocar a su segundo piloto Nelson Piquet para favorecer a su otro volante, Fernando Alonso, un escándalo que al italiano le costó una suspensión de por vida, otro jefe de equipo de Fórmula 1 amañó el final del Grand Prix de Austria de 2002, cuando le recordó por radio a su segundo piloto, que lideraba cómodamente la carrera, la letra chica del contrato que los unía y que lo obligaba a dejar pasar a su compañero de equipo. El atribulado conductor, el brasileño Rubens Barrichello, esperó hasta la línea de sentencia para regalarle el triunfo a Michael Schumacher. El cerebro de la maniobra nunca fue castigado y, desde ayer, por 135 votos a 49, es el nuevo presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Jean Todt, 63 años, ex mandatario de la Ferrari, reemplazará al frente del organismo al polémico Max Mosley, quien nunca disimuló su voluntad de que el francés fue su sucesor.
Tampoco disimuló su colaboración. Tres personajes de su círculo cercano en la FIA (el ex director de comunicaciones, Richard Woods; el operador político Alan Donnelly y el consejero Tony Purnell) condujeron la campaña de Todt, que venció confortablemente a su rival, el ex campeón mundial de rally y ex integrante del Parlamento europeo Ari Vatanen, que vio disolverse ante sus ojos la mitad de los casi 100 votos que creía tener comprometidos antes de la votación.
“Cuando la gente te repite tres veces ‘comparto contigo los mismos valores de la democracia’, mirándote a los ojos, pero luego vota otra cosa, más que desilusionarme a mí decepciona a la democracia” dijo el finés tras la aplastante derrota en París. Aún los que simpatizaban con su candidatura no podían dejar de subrayar el carácter casi ingenuo de su campaña. El resultado final parece consagrar esa mirada. “Esta elección demuestra que es muy, muy difícil o directamente imposible cambiar la cultura de la FIA”.
Si Vatanen podía representar un cambio posible en la cultura autocrática que Mosley le había impreso a la FIA, con Todt se puede aguardar una continuidad. De hecho, su candidato para la presidencia del Senado es Nick Craw, el dirigente estadounidense que Mosley había nombrado como mano derecha para limpiar su imagen después de haber ganado el voto de confianza en la Asamblea General de junio de 2008 que pudo haberlo destituído tras el escándalo de corte sexual en el que se vio implicado en marzo de 2008. Craw sustituye en el Senado al veterano presidente del Automóvil Club de Mónaco, Michel Boeri, que no se vuelve al Principado sino que será, de ahora en más, un vicepresidente deportivo de la FIA.
Otro de esos vicepresidentes será el operador que consiguió, gracias a sus influencias, 41 de los 103 votos que sostuvieron a Mosley en el cargo en la Asamblea de 2008, Mohammed Bin Sulayem, titular del Automóvil y Touring Club de los Emiratos Arabes Unidos. Bin Sulayem, alguna vez coequiper de Carlos Menem (h) en el Mundial de Rally de 1993.
Muchos de los integrantes del gabinete de Todt representan la continuidad, como el neocelandés Morrie Chandler, que durante la administración Mosley era el titular de la Comisión de Rally de la FIA y ahora será vicepresidente como Boeri y Bin Sulayem. Inclusive no se descarta que la suspensión aplicada de por vida en el automovilismo a Briatore, un excelente amigo de Todt, sea levantada en un futuro mediato. “Ahora es tiempo de unidad en la FIA” declaró el flamante presidente.
Una de las ideas del francés es crear la función del Comisionado para los campeonatos mundiales más importantes de la FIA, como los de Fórmula 1 o Rallies, de manera de preservar la figura institucional del presidente, una posición que con Mosley se involucró excesivamente en la marcha del deporte. Pero los equipos de F-1, que se enfrentaron durante largo tiempo al polémico dirigente inglés al punto de haber lanzado en junio pasado un campeonato paralelo (luego abortado), temen ahora que el Comisionado designado para su Mundial sea, precisamente, Mosley… Pero tras la elección, Todt deslizó ayer que Michael Schumacher podría tener un cargo en la FIA y ese papel sería ideal para el alemán, que todavía tiene un contrato vigente con Ferrari.
En la Asamblea General de junio de 2008, todos los representantes de América del Sur apoyaron en masa al inglés y mantuvieron la tendencia, especialmente después de la visita de Todt a Buenos Aires en mayo pasado. El Automóvil Club Argentino ubicó a su presidente, Jorge Rosales, como uno de los vicepresidentes de la FIA en el rubro movilidad; lo mismo sucedió con Víctor Dumot, presidente del AC de Paraguay. El ecuatoriano Hernán Gallegos Banderas, titular del AC de su país, será miembro del Senado. No son los únicos vínculos de Todt con América Latina: su hijo Nicolás es el manager del brasileño Felipe Massa, piloto de Ferrari en F-1. Y, sí, Massa fue contratado por la casa de Maranello en 2006, cuando el mandamás era Todt.
“Estoy contento con el resultado porque la FIA quedó en buenas manos” declaró Mosley. Queda por ver si esas manos incluyen las suyas…