LAS CARRERAS QUE NOS GUSTARIA VER EN EL 2015 (O EN EL 2016 TAMBIEN…)

COMO ESPECTADORES, como entusiastas del fierro lo mismo que como periodistas. Le vendrían bien al automovilismo argentino competencias como éstas…

Tiene todas las posibilidades de transformarse en un clásico del SuperTC2000, como los 200 Kilómetros de Buenos Aires o el callejero de Santa Fe; inclusive, se podría organizar un petit torneo con las tres carreras. Nada del otro mundo: 50 vueltas al autódromo “Eduardo Copello”, en lugar de las treinta y pico habituales, con todo lo que eso implica en el circuito más desafiante del automovilismo argentino. Sin Series, si la largan al mediodía terminan justo para sentarse en la mesa de Mirtha Legrand… (P.V.)

es una apuesta tan interesante como riesgosa. No sería para todos ni para cualquiera. Se puede pensar en una final con 25 autos como máximo, una cantidad a la que se llegaría con series eliminatorias y también con alguna sugerencia para que los menos virtuosos se queden en casa. No es un proyecto fácil, pero vale la pena intentarlo ¿o no sabés que fue el TC quien en 1967 inauguró El Zonda para categorias nacionales? ¿Eran más hombres y pilotos, aquellos? (M.S.)

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A la usanza de las grandes carreras de resistencia del Turismo Nacional en los ’70, para celebrar un verdadero regreso de la categoría al autódromo de Buenos Aires. Las dos clases, la 2 y la 3, juntas en el circuito número 15, con la Ese del Ciervo, Salotto, Ascari y los mixtos con el Tobogán, con 60 a 80 coches en carrera (largando en dos pelotones, la C3 adelante, la C2 entre Salotto y Ascari), con grandes pelotones. Tampoco tiene que ser muy extensa: unos 300 kilómetros, unas 50 vueltas, con eventual reabastecimiento. Si podían hacerse 40 años atrás, ¿por qué no ahora? (P.V.)

Para los que añoran el regreso del TC a la ruta, una trenzada light en un camino apropiado. Puede ser la Panamericana, el Camino del Buen Ayre, un escenario al que no haya que hacerle una gran inversión y que cuente con un tramo más o menos recto de entre 1.500 a 2.000 metros. Se prepara un gran cuadro de 128 participantes (en el que se incluyen las cuatro categorías de la ACTC) y se van eliminando en picadas, como si fuera la largada de una carrera en ruta. Se puede poner avión y todo, transmitiendo por una red de altoparlantes, con la multitud a la vera del camino suficientemente resguardada. Con doble eliminación se hace un espectáculo más “gordo”, se puede disputar primera y segunda ronda un sábado y las rondas finales (tercera, octavos, cuartos, semifinal y final) en domingo. (P.V.)

No vamos a pedir que sea en ruta abierta porque ese ya es un tiempo pasado pero una buena alternativa para revivirlos con las condiciones actuales sería hacer dos carreras en distintos circuitos y en fines de semana consecutivos. Cada una daría puntos como etapa y para la clasificación final, que tendría más pnntaje. Se sumarían los tiempos de series y finales. Sería deportivamente más justo que el puntaje extra que otorga actualmente la última carrera sin tener mayor exigencia que las anteriores del calendario. ¿Cómo ves un cierre de campeonato corriendo un domingo en Paraná y al siguiente en el Mouras platense o el Gálvez porteño? (M.S.)

Un clásico aggiornado. Dieciséis camionetas exactamente iguales (podrían ser Amarok, así Volkswagen regresa al automovilismo argentino, o Hilux) para otros tantos equipos, conformado cada uno por un piloto de pista y uno de rally. ¿El tramo? Mina Clavero-Giulio Cesare, recorrido por cada piloto en dos oportunidades. Así cada camioneta treparía en cuatro ocasiones, todas prolijamente televisadas con helicópteros, drones y cámaras fijas, y los vencedores saldrían de la suma de tiempos. Una auténtica prueba de manejo que premiará a los más eximios. (P.V.)

Abiertas para coches Sport y Gran Turismo, con las especificaciones del caso (puede ser GT3, por ejemplo), con tres pilotos profesionales y no profesionales por auto, no tendrían nada raro salvo por esta salvedad: los equipos oficiales de SuperTC2000 tendrían que presentar un auto cada uno, con sus propios pilotos (por caso, un 408 con la tripulación Girolami-Canapino-Yannantuoni ) y, eventualmente, la ACTC debiera mandar un auto de cada una de sus cuatro marcas (un Chevrolet del JP Racing, un Torino del Maquin Parts, un Ford de Catalán Magni). También el TRV6 podría mandar un par de representantes. En ese caso, habría once coches “pulenta pulenta” y mucho morbo. Por lo demás, reglamento deportivo FIA para carreras de larga duración y a ver qué sale. (P.V.)

Esta es una deuda que desde hace años tiene el automovilismo nacional. Hubo varios intentos pero ninguno pasó de proyecto, incluso el insólito para un Grand Prix de Fórmula 1 lanzado desde la misma Presidencia de la Nación y el que tibiamente bosquejó el TC. Será cuestión de encontrar la zona porque por sus características, la ciudad es la ideal para, junto con el ya consolidado de Santa Fe, tener el otro callejero que completaría el cupo ideal de este tipo de trazados. Podría ubicarse como apertura de campeonato en el cierre de la temporada veraniega. (M.S.)

Ya los pibes del automovilismo argentino ni piensan con ir a correr a Europa. ¿Por qué no recuperamos a los que ya fueron? Los Ledesma, Fontana, Tuero, Mazzacane, los Altuna, Guerrieri, el mismo Pechito López e inclusive algún semirretirado como José Luis Di Palma, u otros que aunque no hayan competido en el Viejo Mundo sean campeones de Fórmula Renault como Werner o Ardusso o Trosset/Vivian. Con 16 coches de Fórmula Renault o Plus o Metropolitana, un mini GP a 20, 25 vueltas en La Plata o el Cabalén o Paraná, para andar a fondo y celebrar el auténtico talento. (P.V.)

Para ésta habrá que convencerlo a Hugo Mazzacane: todos los autos que están en orden de marcha en el Museo del TC, de la época que sea, a concurso. Una vuelta cronometrada en el “Roberto Mouras” de La Plata, empezando por los autos más antiguos y terminando con los modernos, con las precauciones (y limitaciones de régimen) del caso para prevenir roturas inoportunas. Una carrera así, por tiempo, no puede durar más de media hora en total, pero ¡qué shock de nostalgia que supondría! (P.V.)

Es un clásico y uno de los pedidos mayoritarios. Recientemente el Súper TC 2000 hizo un tibio intento que rapida y ¿extrañamente? descartó tras unas pruebas que -según dijeron, aunque no con muchas precisiones- no dieron buenos resultados. Igual no hay que bajar los brazos y seguir insistiendo. Un punto clave sería el aggiornamiento del circuito rafaelino y especialmente su infraestructura. a las necesidades actuales. Con un buen trabajo en la seguridad del trazado y los autos, más decisión de los dirigentes y actitud desafiante de los corredores, el retorno al ovalo podría darse. Si se corría hace 40 años con menos medidas de seguridad y tecnología ¿por qué no ahora? Vamos, muchachos, dejen de ser choferes veloces y sean verdaderos corredores. (M.S.)

Si no cuaja la idea anterior, ¿qué tal ésta? Como los TRV6 son lo más parecido que tenemos en el automovilismo argentino a los Stock Car de la NASCAR, pueden hacer una carrera parecida: ¿que no hay óvalo si no es el de la ciudad de los bulevares? Si se usa el circuito número 7 del Autódromo porteño, con el Curvón, Ascari y la curva a la derecha de la entrada a boxes (antes de la horquilla), un lindo ovalito de unos 2.600 metros, más o menos, se puede hacer una carrerita de 50 o 60 vueltas, con embalajes cada 10 giros para darle otro matiz, con el TRV6 solo o con el Series también, al estilo estadounidense. Si hay que reabastecer, sacar el auto de seguridad durante 5 o 6 vueltas para que se pueda cumplir con la tarea, y listo. (P.V.)

Ahora le toca a los dirigentes…

Por Pablo Vignone y Miguel Sebastián

Fotos: SuperTC2000, ACTC, TRV6, Museo Mouras, Fórmula Metropolitana y capturas de videos en Youtube.

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