MOMENTO INCIERTO.
Es el que atraviesa el Súper TC 2000 como bien se vió el fin de semana en Rosario con reuniones, idas y vueltas, anuncios y contraanuncios, tribunas raleadas, y encima un espectáculo en pista que repitió la monotonía de las anteriores tres fechas. Todo mal.
Se habla y espera mucho de las conversadas modificaciones reglamentarias (lastre o penalizaciones), que quizás puedan, o no, levantar el nivel de las carreras, pero que si hacés un análisis más profundo, no parecen la raíz del mal momento de la categoría. El tema va más allá, y llega a la parte institucional con cuestiones que hacen a la forma de conducir una categoría, donde como bien dijo el bicampeón Facundo Ardusso “conviven los intereses de la categorías, los equipos, las terminales y los pilotos”.
Por ser tan variados, no es fácil combinar esos intereses. Y quien debe hacerlo, como presidente, coordinador o como se llame, necesita reunir una serie importante de cualidades para llevarla adelante balanceando todos esos intereses. No hay dudas de la capacidad, experiencia, buenas intenciones y honestidad de Edgardo Fernández, la cara visible del Super TC 2000 más allá de estar referenciado solamente como responsable deportivo y técnico. Por algo, y por ser “del palo del automovilismo”, se lo convocó en octubre pasado para cubrir el hueco dejado por la abrupta saluda de Antonio Abrazian. Alguien que por “no ser del palo del automovilismo”, nunca fue bien mirado por los equipos.
En cambio, hay quienes, mayoritariamente con la protección del off the record, no ven en Fernández, la persona con la dosis de autoridad y poder de decisión para enfrentar las presiones. Por un lado, de los equipos, con sus intereses deportivos, y por otro, del grupo empresarial periodístico dueño de la categoría, con su gran poder económico pero limitado conocimiento del ambiente del automovilismo. Según advierten esa carencia impide tomar las radicales decisiones que merece el momento.
“No soy un dictador y creo en el consenso…” ,ha aclarado Edgardo a visionauto, con su habitual cordialidad pero sin disimular su cansancio, incomodidad y hasta cierto abatimiento por ser el blanco de las preguntas, cuestionamientos y criticas.
Por ahora, Fernández ha dicho no estar arrepentido de haber aceptado el llamado de la categoría para volver al mundo del automovilismo luego de siete años. “Acepté con la intención de aplicar mi experiencia y conocimientos para ayudar a llevar adelante al Súper TC 2000”, explica sobre una decisión que en su momento acompañó con el sugestivo reconocimiento: “Estaba tranquilo en mi campo…”.
“Siempre asusta la palabra dictador, pero en el automovilismo un dictador positivo fue Miguel De Guidi, que hizo mucho por la categoría y sus pilotos, sin privilegiar intereses personales”, le señaló Alberto Scarazzini, director deportivo de Citroen a visión, con el recuerdo de ese fecundo trabajo que a su manera hizo el recordado De Guidi a finales de los 70 y principios de los 80, en una Mecánica Argentina Formula 2 (Scarazzini era una de sus figuras como piloto), que constituía el espectáculo central en jornadas donde el por entonces incipiente TC 2000, era su telonera… Ya más cerca en el tiempo y a poco del alejamiento de Pablo Peón, otro director deportivo, actualmente activo pero quien prefirió el anonimato, sentenció “Peón era un dictador pero hacía cosas…”, mientras que el año pasado en Rafaela, tras otro opaco paso del Súper, Miguel Angel Guerra, director deportivo de Renault, no dudó en decirle a visión que “el automovilismo argentino necesita un Julio Grondona para recuperar su lugar…”, en alusión la férrea mano con la que el expresidente de la Asociación del Fútbol Argentino manejaba el fútbol…
Opiniones coincidentes de tres personalidades del actual Súper TC 2000, “el automovilismo argentino necesita un Julio Grondona para recuperar su lugar…”. Será ese el camino para detener la caída de la categoría?
Fotos: Prensa Súper TC 2000.
No hace falta un dictador. Hace falta gente con conocimiento, convicciones y poder de toma de decisiones. Me parece que Fernandez tiene lo primero y creo que tambien lo segundo. El tema es el poder de toma de decisiones, no por características personales sino que, por ejemplo Mazzacane, Aventin o Paoletti (que podrian entrar en la categoría «dictadores») solo tienen que lidiar con pilotos y equipos mientras que en el STC2000 entra a tallar el grupo Klarin y las terminales… demasiados poderosos en la mesa y demasiados intereses contrapuestos.
La.solucion, insisto, es que los equipos vuelvan a ser los dueños de la categoría
Coincido en un 100% con lo expresado por Juanchotito, se ve que respirás automovilismo.
Lo que toca Clarín lo mancha, para ellos es un negocio y cuando no le pueda sacar mas leche lo larga todo desflecado y toma otra empresa que le reditúe paras luego hacer lo mismo. Tiene que seguir Edgardo Fernandez y las terminales tienen que colaborar juntamente con la categoría y tirar todos para adelante.
Los equipos son tambien parte del problema y tienen su cuota de responsabilidad en la decadencia de la categoria.Ellos armaron su modelo de negocio sacandole plata a las terminales,a los auspiciantes y a los pilotos que compran butacas.Se olvidaron del espectaculo en pista hace mucho tiempo,porque para ellos el negocio cierra igual.Mejor que vayan pensando en hacer otra categoria,el TC2000 agoniza y el publico hace rato que le dio la espalda…El automovilismo en general hoy no tiene recursos para revivir muertos.
Saludos desde el sur.