MUCHACHOS DE GOMA.
Cuantas veces se ha definido con este particular término a los pilotos de motos, y no sólo por su agilidad para sortear las caídas sino porque a pesar de golpes y fracturas sus cuerpos son tan resistentes que después de un revolcón casi siempre están listo para volver a subirse a la moto como si nada hubiese pasado.
Destacado por su gran protagonismo (ganó cuatro carreras y es líder del campeonato) en su año debut en Moto 3, al joven español Pedro Acosta le tocó en la clasificación del Gran Premio de Holanda vivir el lado dramático de este deporte. Fue en la curva final de la sesión, cuando en medio del pelotón su áspera lucha con Stefano Nepa provocó la caída de ambos con tan mala fortuna para Acosta que fue atropellado por la moto de Ricardo Rossi.
Con el fresco recuerdo de un accidente similar, que el pasado 30 de mayo en el Gran Premio de Italia terminó con la muerte del suizo Jason Dupasquier, se pensó en lo peor en los segundos posteriores al incidente. Afortunada y milagrosamente la sensación cambió al ver que Acosta se levantaba por sus propios medios y regresaba caminando a sus boxes. El obvio paso por el centro médico reveló que presentaba un traumatismo toráxico y un fuerte golpe en la espalda.
Crease o no al día siguiente Acosta fue autorizado a correr y corrió. Con el dolor y la vitalidad de sus 17 años, Acosta largó desde el puesto 13 y al final quedó a un pasito del podio (4°) en la carrera que ganó el italiano Dennis Foggia (Honda) y donde Gabriel Rodrigo llegó 8°. De película pero real.
Sin dudas son de goma estos muchachos que corren en motos