FUE CLARO HUGO PAOLETTI sobre el grado de sus temores frente a esta visita que el Turismo Nacional hará este fin de semana al Autódromo de Río Cuarto, un circuito donde la tierra de las banquinas suele complicar la visión en los despistes. “Le tengo más miedo a los pilotos que a la tierra” reconoció el presidente del TN, preocupado por la actitud de los “turistas veloces” que muchas veces se exceden en sus maniobras para el aprovechamiento de la pista.
Sensibilizado como todos por el fresco recuerdo del accidente fatal de Guido Falaschi en Balcarce, Paoletti, anticipó que hablará del tema en la reunión de pilotos para concientizarlos sobre el comportamiento en pista. Haganle caso muchachos.
A ver, entiendo que no es fácil frenar a cero o a veinte (por decir una velocidad baja) de golpe y sin perder el control del auto, lo que podría complicar aún mas un problema. Si a esta complicación le agregamos una visibilidad nula o muy disminuida, el coctel se pone aún mas peligroso. No se va a erradicar el peligro de las pistas, pero hay que disminuirlo en manera de lo posible. Se puede trabajar para disminuir el peligro de la tierra, hay que hacerlo con conciencia para no sumar otros, supongamos llenar de piedras la pista luego de un despiste, pero se puede poner pidras luego de un tramo consolidado con pasto o un pavimentado mas deslizante que el normal para que los corredores eviten usarlo. También se pueden tomar medidas para que los pilotos eviten la «tentación» de ganar puestos cuando hay un problema en pista. Esto es mas difícil, pero no imposible, yo veo muchas veces que en NASCAR, cuando uno derrapa, los de atrás levantan, por algo debe ser, no los creo mas concientes ni despegados de la sed de victoria a ellos que a los nuestros.
El mayor problema que veo es la falta de autocrítica, esa es la base para resolver los problemas. Tal vez en privado hagan muchas cosas, pero la verdad es que mucho no se ve y encima, la palabra de moda es siempre FATALIDAD. Para mi, fatalidad es que te caiga un rayo, lo evitable no es una fatalidad, por mas que esté dentro de la cosas que pueden pasar y no pasan nunca.