DESPUÉS DE SU EXTRAORDINDARIO GRAN PREMIO DE SAN PABLO, SENTENCIADO CON UNA VICTORIA ESPECTACULAR, LAS VEGAS LO ESPERA PARA QUE «CANTE» PÓKER.
Triple campeón del mundo Max Verstappen en el Red Bull, luego de la lección magistral de manejo, garra y una capacidad enorme, puestas en practica para anotar a su cuenta personal por tercera vez el Gran Premio en tierras. Ya en función del campeonato que cumplió su 21ra fecha, el neerlandés puede dejar resuelta matemáticamente la conquista de su cuarto título seguido en la próxima cita de Las Vegas (24 de noviembre). En l denominada Capital del Juego, Max será campeón siempre y cuando el inglés Lando Norris no le recorte tres puntos en la general de los 62 que le lleva su rival.
Verstappen, de 27 años, que había ganado siete de las primeras diez carreras del año, pero ninguna de las diez siguientes, puso fin al debate y a las dudas en el Gran Premio de San Pablo con una victoria más que contundente. Por fin pudo festejar su octavo triunfo del año y el 62° en la categoría reina; en la que -sin contar las pruebas Sprint- no se había impuesto desde el pasado Gran Premio de España,dispotado en junio en el circuito de Montmeló (Barcelona).
‘Mad Max’ ganó de forma épica el lluvioso, accidentado y caótico Gran Premio de Sao Paulo; dándole por completo la vuelta a las sensaciones previas a la carrera. El sábado, Norris -tres años más joven que él- le había recortado tres puntos al ganar el sprint, que el astro neerlandés concluyó cuarto. Y en la calificación, aplazada al domingo, el británico firmó su octava ‘pole’ en la F1; al tiempo que el líder quedaba eliminado en la Q2, la segunda ronda de la cronometrada principal, con el duodécimo crono.
A ese flojo resultado debió añadir la sanción de pérdida de cinco puestos en la grilla -por haber efectuado nuevos cambios en el motor a combustion de su RB20- Verstappen arrancó 17°, o sea 16 puestos detrás de su Norris,su exclusivo rival.
El inglés, con un coche claramente superior en el segundo tramo del campeonato, afrontaba la carrera con esperanzas de recortar puntos en el campeonato. Si se hubiesen mantenido esos puestos en las 69 vueltas del Gran Premio, la diferencia se hubiese reducido a 19 -o incluso a 18-si Norris conseguía el punto que otorga el récord dev uelta.El Mundial podía quedar claramente abierto, a falta de otras tres carreras y un sprint -el de Qatar, penúltima prueba de un campeonato que se cerrará el 8 de diciembre en Abu Dabi. Y ésa era la sensación antes que comenzase la tan caótica como espectacular carrera de Brasil.
Pero Verstappen fue más ‘Mad Max’ que nunca. Sacó al genio y al súper-depredador deportivo que lleva en su interior. Y no sólo disipó cualquier tipo de dudas, sino que le asestó un duro golpe psicológico al joven de Bristol; que acabó completamente desquiciado una carrera en la que no pasó del sexto puesto mientras que el astro neerlandés completaba la obra maestra con el punto extra que otorga la vuelta rápida redactando toda una declaración de principios sobre quien sigue mandnado en la F1. Quedó claro, sigue mandando Max.
Con el tope de 26 que capturó en el Autódromo José Carlos Pace, el ídolo de los Países Bajos suma ahora un total de 393 puntos, 62 más que Norris. De tal manera, a Verstappen le vale finalizara próxima carrera por delante del inglés para festejar en Las Vegas su cuarto título mundial al hilo También Maxserá campeón dentro de tres semanas si ninguno de los dos puntúa (despúes de Las Vegas quedarán 60 en juego) o incluso sin puntuar, siempre y cuando Norris no acabe octavo o por encima de esa plaza.
Hace tres años, Verstappen destronó al séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Mercedes), literalmente, en la última vuelta de la carrera final en Yas Marina (Abu Dabi). Hace dos, dejó casi resuelto el certamen antes de las vacaciones de verano. Y la pasada temporada, el paseo fue militar: ‘Mad Max’ ganó 19 de las 22 carreras.
Esta vez, parecía que la cosa se podía torcer. Pero en Brasil, Verstappen dio un estruendose golpe de puño sobre la mesa. En la categoría reina, sigue siendo el rey. Y, de repente, ya casi nadie duda que su cuarta coronación está próxima.
En Las Vegas, la mitica ciudad del juego, Verstappen puede cantar sobre el pavimento el póker de campeon.