IMPARABLE E IMPLACABLE.
Sólo una cosa le quedó por hacer en Spa a Max Verstappen, para demostrar que está jugando con la Fórmula 1 como “juega el gato maula con el mísero ratón…”, según reza la letra de un viejo y famoso tango.
Esa deuda quedó al no recibir el okey de su ingeniero de pista Giorgio Lambiase para seguir acelerando desde la tranquilidad de la punta, ampliar diferencias y sobre el final hacer una tercera parada en boxes para colocar gomas slicks, buscar el récord de vuelta y llevarse todos los puntos posibles. Si lo conseguía era para que los rivales levantasen campamento y vuelvan el año que viene. Quedó como una muestra de la altísima autoconfianza, lindante con la soberbia, de Verstappen construída a partir de ese excepcional auto que es el RB19, y su extraordinario talento conductivo que le han permitido edificar desde hace un par de años esa racha de victorias y títulos que parecen no tener final. Con los 125 puntos de ventaja sobre Pérez que sacó tras la carrera en las Ardenas, la tercera corona sólo es cuestión de tiempo.
No hubo cosecha perfecta de puntos, porque esa parada final para cambiar gomas la hizo Lewis Hamilton en su Mercedes Benz. Así se llevó el consuelo del puntito de récord de vuelta, poco para el piloto más ganador de Grandes Premios y uno de los mayores campeones, pero adecuado a la actualidad del poco protagonismo que tuvo en la 12ma fecha del Mundial, al reaparecer, los problemas de porpoising (rebote contra el piso) que ya creían superados.
Hubo continuidad de la serie de victorias de Max, que sumó la octava consecutiva (quedó a una del récord que mantiene Sebastian Vettel) y la 45ta.de su campaña, que lo acerca a las 51 de Alain Prost, cuarto en el ordenamiento de ganadores detrás de Lewis Hamilton (103), Michael Schumacher (91) y Sebastian Vettel (53).
Está visto que por el momento nada, ni nadie pueden cortar semejante racha ganadora de Verstappen. En Spa Francorchamps, las alternativas estaban puestas en la presencia de la siempre molesta lluvia, casi una costumbre en la paradisíaca región. Apenas cayeron unas gotas que ni preocuparon a Max. También se atesoraba alguna esperanza sobre el fin de la serie del neerlandés, ante su largada desde el sexto lugar por el cambio de la caja de velocidades. Como el mismo Verstappen había anticipado, no fue problema. Sólo resultó cuestión de cumplir el plan de “pasar bien la curva inicial y quedar bien acomodado tras la primera vuelta…”.
Tan simple como decirlo fue hacerlo. Sin apresuramientos superó la curva inicial, donde chocaron Carlos Sainz y Oscar Piastri. Seis giros tardó el sobrepaso a Lewis Hamilton y tres más la superación a Charles Leclerc. Ambos sin resistencia de sus rivales, como tampoco tuvo Max cuando el único escollo hacia la punta fue su compañero Sergio Pérez. Casi nadie esperaba una oposición del mexicano, cuyo Red Bull mostraba similar rendimiento al de Max. Con la carrera controlada por el equipo, hubiese sido una buena oportunidad. No existió esa confrontación y ahí se terminó el interés por la carrera, se hizo muy lineal y con autos muy distanciados entre si en el grupo de punta. Detrás de los Red Bull, Leclerc se limitó a asegurar el podio para Ferrari mientras Hamilton y Alonso no pudieron, ni intentaron avanzar. Tampoco tenían los medios mecánicos.
“Tenía que hacer mi propia carrera, aguantar al principio pero después ante Max Verstappen no pude hacer nada, porque mi objetivo era traer el coche sano y eso se logró», explicó Pérez, satisfecho tal vez por el segundo podio consecutivo que marcó una recuperación, pero seguramente frustrado por quedar una vez más bien en evidencia la realidad de no poder competirle a su compañero Verstappen con un auto con similares prestaciones.
Esa sensación también sobrevoló los boxes de Spa, donde el remanido tema de un reemplazo de Pérez en Red Bull para el año que viene, sumó un nuevo nombre. “No se sorprendan si por cualquier circunstancia para el 2024 hay un asiento disponible en Red Bull, donde corrió Mark Webber. Y no se sorprendan si Piastri es el nominado para ese lugar”, se escuchó de un periodista que hace varios años recorre los boxes de la Fórmula 1. Un dato: Mark Webber, australiano como Piastri, es su representante y quien para 2023, lo sacó de Alpine y lo llevó a McLaren.