LA PUMA BRASILEÑA
En un mundo de hombres, Neusa Navarro Félix, se mueve con soltura; sabe hacia donde va. Comanda la Fórmula Truck, los camiones de carrera brasileños que en Buenos Aires, se han sumado a la Carrera del Año del Top Race. “Empecé a dirigir la categoría hace 3 años, cuando murió mi esposo Aurelio que fue el creador. Lo hice para continuar su sueño y el gran esfuerzo que había hecho”. Cuenta la mujer que se quedó sola a principios de 2008, cuando Aurelio murió repentinamente, de un infarto.
¿Cómo nació la Fórmula Truck, la categoría mas popular del deporte motor en Brasil?. Lo cuenta Neusa sentada frente a VisionAuto. “Mi marido era “motorista” (camionero), empezó de a poco en nuestra ciudad, Santos donde se encuentra la base de la categoría. Llego a tener varios camiones y ahí fue cuando, separó uno y lo hizo de carrera; eso pasó hace 14 años. De esa forma surgió la categoría, se fue acercando mas gente, empresas y fue creciendo”.
A los camiones, verdaderas mole de carrera, los empujan motores de hasta 1300 hp. “¿Cómo se dio que corriéramos en Buenos Aires?, Gastón (Mazzacane) nos hizo el contacto con Alejandro Urtubey del Top Race, hablamos y así se dio que ellos fueran a Brasil y esta vez nos tocó venir a nosotros para la primera carrera internacional de la F-Truck”.
En la F-Truck participan conocidas marcas de camiones, una en forma oficial, “están “montadoras” (fábricas) como Ford, Mercedes, Iveco, Man; el campeonato consta de 10 fechas. A la carrera en San Pablo, la principal, van entre 70 y 80 mil personas, y al resto alrededor de 40-45 mil. Nosotros nos encargamos de montar todo en cada circuito, las tribunas, los Vip´s, etc. En cambio en Argentina es todo distinto, las categoría solo corren”, sostiene la mujer.
Neusa, ¿es complicado llevar adelante a una categoría formada por hombres”, se le pregunta. Ella, sonríe y responde con soltura, “no, todos trabajamos en conjunto para mejorar a la F-Truck. Claro!, me respetan, aunque mas de una vez he tenido que ponerme firme para hacer valer un decisión, ja, ja”. La “Aventin” brasileña dice que es “la única mujer que trabaja como directiva en una categoría, “sí, soy la única; si bien colaboran conmigo varias mujeres. Creo que hago las cosas bien, y desde ya, siempre exijo que se respete el reglamento”.
Un camión como uno de los Mercedes Benz oficiales, cuesta alrededor de 1 millón de reales, y aquel piloto que alquile un truck para todo el campeonato, debe pagar unos 400 mil de la monedad de Brasil. “Las carreras son muy atractivas, pero mas buenas si las ven en los autódromos y no por televisión”. Anhela seguir al Top Race con los “trucks”, en caso de concretase las careras en Canadá y Uruguay.
Asombrada por lo que generanr las carreras n nuestro país, admite que “compruebo la gran pasión que despierta el automovilismo en Argentina, es Brasil es muy distinto. Entiende de autos, de camiones en este caso, Neusa encabeza ademas un familia que respira fierros, Daniel (24), Gabriel (20) y Aurelio jr (14), hacen acrobacias a bordo de camiones; un show increíble que acompaña a la F-Truck en cada carrera, y que pudo verse en parte en el autódromo porteño hace unos años, cuando vinieron a asombrar como parte del espectáculo que acompañó a los 200 Kms de Buenos Aires del TC 2000.
¿Cuanto le ha costado a la F-Truck llegarse hasta el autódromo porteño para correr?; Neusa no suelta prenda, “en este emprendimiento han estado involucradas las montadoras (fábricas) y otros sponsors, por eso no es sencillo establecer lo que preguntan. Lo que sí puedo decir, es que nos sale mas barato venir aquí, en vez de viajar hasta Fortaleza!!”.
La última es la mas difícil, le adelanta VisionAuto a Neusa, “¿Qué edas tenés?, “ah!, ja, ja, ¿Cuántos años tengo?, se pregunta la morocha, “49, casi medio siglo!!, increíble, ja, ja; pero está todo bien, la edad es lo de menos, se lleva aquí”, responde señalándose la cabeza. Y tiene razón la protagonista de esta historia singular.
Si si si…Pero hay cada camif3n de basura que lejos de sirfur sus penas, cree que debemos sirfur con e9l, y adrede, embiste al inocente. Que se vayan al diablo.