EN RAFAELA NO PASÓ desapercibido, en Paraná podía estar.
Marcos Di Palma aún alejado de los autos de carrera, dispara amores y críticas; sobre el no hay términos medios. Y tampoco los tiene a la hora de decir lo que piensa, sea lo que fuere.
En este caso el arrecifeño habló sobre circuitos argentinos como Rafaela, San Juan, Buenos Aires y Balcarce. Y cuando la periodista Lía Camps le preguntó acerca de si quería que se volviera a correr en el polémico trazado balcarceño, inactivo desde la muerte de Guido Falaschi, Marcos no tuvo dudas y expresó, «no veo porqué no volver a Balcarce«, y acotó al toque, «si no quieren volver porque se mató Guido (Falaschi), tampoco podríamos ir a correr a Rafaela porque se mató el Flaco Petrich, no podríamos correr en Comodoro Rivadavia porque se mató Guillermo Castellanos, y no podemos ir a tantos otros circuitos que han muerto pilotos. Uno tiene que saber que el automovilismo es un deporte de alto riesgo y que siempre guste o no, va a haber muerte, es inevitable».
De todas maneras, entendió que «lo que no se puede hacer es minimizar las cosas y en el caso del Autódromo de Balcarce, ponerlo en las mejores condiciones posibles para poder correr, y que los pilotos sean conscientes de lo que tienen que hacer arriba de un auto; porque al fin y al cabo una gran responsabilidad se la llevó Girolami (se refirió al accidente de Falaschi), si lo hubiésemos educado, diciéndole que cuando hay una bandera amarilla hay que levantar la pata por ejemplo…».
Pormenorizó más sobre tan sensible y doloroso episodio como fue la muerte de Falaschi; Marcos ha considerado con puntuales detalles, que las culpas debían repartirse en relación a aquel tremendo accidente fatal, «la culpa no fue enteramente ni de Guido Falaschi, ni de las gomas que se cruzaron, ni de Girolami. La culpa fue de todos nosotros: El público, los periodistas, los pilotos, los mecánicos, los dirigentes, el circuito; todo hace llevar a un accidente y eso lo vemos en la aviación. Un accidente no se produce en el momento del impacto, se produce cuando el capitán se peleó con la esposa, se subió al avión, se olvidó de poner algo y se produjo el accidente, entonces hay que poner cada uno su grado de responsabilidad». Sobre este último aspecto, si bien todo es opinable, no le falta algo de razón.
Por el equipo de VA
Foto: ACTC
Mucho espacio a semejante tarado