OTROS FESTEJOS QUE SE HICIERON DESEAR.
Ganar el primer Gran Premio es el objetivo de todo piloto apenas llega al Campeonato Mundial de Fórmula 1. Obviamente no es sencillo, sólo lo consiguen unos pocos y muchas veces tras una larga espera que en algún momento parece interminable y abre dudas.
Con su brillante victoria en Miami, Lando Norris despejó dudas y cerró una espera más extensa de lo merecida, por su talento y carisma dentro del ambiente. Por eso en los boxes hubo un clima de alegría general, apenas el McLaren de Lando recibió ganador la bandera de a cuadros. La mayoría de sus colegas se acercaron a felicitarlo y en algunos casos, hasta lo abrazaron como ocurrió con Max Verstappen, el gran derrotado.
Si bien resultó larga la espera de Lando (110 carreras) para soltar el primer festejo, no fue la mayor en la historia de la Fórmula 1. Hubo varios colegas, algunos actuales rivales, otros campeones mundiales, que debieron aguardar más tiempo para descargar esa mochila que depara presión para alcanzar esa primera victoria. Esa que según consideraba Carlos Alberto Reutemann, “era el salto que un piloto tiene que dar para ganar confianza y pensar en mayores objetivos”. Un dato: Lole tardó 26 Grandes Premios para ganar su primera carrera mundialista, fue en Sudáfrica 1974. Eran tiempos de calendarios mucho más reducidos (14/16 fechas) y triunfos más repartidos entre pilotos y equipos.
Sergio Pérez y Carlos Sainz fueron dos de los pilotos que rápidamente se acercaron a Norris para felicitarlo. Saben ambos lo que es juntar paciencia y temores en ese camino al primer triunfo, ya que son quienes debieron esperar más para convertirse en ganadores en F-1. Checo tardó nada menos que 190 carreras hasta su triunfo en Sakhir 2020 sobre el Racing Point. El español, quebró el maleficio en Gran Bretaña 2022 con la Ferrari luego de 150 Grandes Premios. Algo menos demoraron los triunfos iniciales del australiano Mark Webber (130 en Alemania 2009), el brasileño Rubens Barrichello (124 en Alemania 2000), el italiano Jarno Trulli (117 en Mónaco 2004), el inglés Jenson Button (113 en Hungría 2006) y el alemán Nico Rosberg (111 en China 2013). Estos dos últimos le tomaron el gustito al festejo y años más tarde salieron campeones.
Detrás de este grupo, recién están las 110 carreras que tuvo que correr Norris para ser triunfador. El mismo recorrido que para llegar a tan ansiado momento, transitó el italiano Giancarlo Fisichella hasta conseguirlo en Brasil 2003, y se le dio luego de un reordenamiento de la clasificación inicial, que tras un confuso final por accidentes, le había dado el triunfo a Kimi Rakkinen, su primera victoria.
No son casualidades que estas esperas centenarias comprendan a los pilotos del siglo XXI. Responden a calendarios extensos que sobrepasan las 20 fechas, dominios contundentes como en los últimos tiempos han tenido Mercedes Benz y Red Bull acaparando para sus pilotos los triunfos y la mayor seguridad de la categoría respecto a las décadas anteriores que derivó en menos accidentes y la prolongación de las campañas de los pilotos.
Junto con la mochila del postergado éxito inicial, Norris descargó el nada atrayente récord de ser el piloto con más podios pero sin victorias. Este primado lo recuperó el alemán Nick Heidfeld, con 13 presencias sin levantar la copa de ganador. Ya retirado no tiene revancha. En cambio, la vigencia de su compatriota Nico Hulkenberg lo habilita para un récord que es más para ponerse colorado que para festejar. Ser el piloto con más Grandes Premios sin victorias, ni podios. Por ahora lo es con 209 carreras sin ninguna de esas satisfacciones. Su confirmada llegada en 2025 a Audi Sauber para unirse al proyecto del constructor alemán es su esperanza para entrar de otra manera en la historia del Mundial.