¿QUÉ RECUERDO TENGO?, QUE TUMBÉ, JE…”
Del otro lado de la línea telefónica, la voz de Jorge Ternengo sonó firme ante el pedido de Visión sobre su recuerdo de aquel otro domingo 26 de febrero pero de hace cincuenta años, cuando fue uno de los protagonistas de la histórica jornada del debut éxitoso de Torino en un mundo del Turismo Carretera, hasta ese momento casi monopolizado por las cupecitas.
Ternengo, por entonces con una exitosa campaña en el motociclismo y participaciones en Mecánica Argentina Fórmula 1, era la T de la sigla CGT, que en alusión a la que identificaba a la Central General de Trabajadores, fue bautizado por el ingenio popular el equipo con el que Ika Renault decidió desembarcar con su Torino en el TC y que completaban el sanjuanino Eduardo Copello (41 años) y el cordobés Héctor Gradassi (33). Dos pilotos con mayor edad y experiencia que Ternengo. “Oreste Berta (director del equipo) me convocó porque nos conocíamos de las carreras de motos. Su llamado para ser parte del equipo me alegró y sorprendió” reconoció Ternengo, quien por su menor edad respecto de sus compañeros fue apodado “El Nene”, aunque ya andaba por los 31 años
“Pensar que podría haber quedado en la historia como el ganador…” lamenta Ternengo,con la resignación que da el paso del tiempo, en la continuidad del relato y tras evocar que “al cumplirse la sexta vuelta (poco más de mitad de carrera) iba segundo de Gradassi, y el equipo pese que no había órdenes me iba a dejar pasar primero porque el auto de Gradassi venia perdiendo potencia por tener el escape suelto y se le acercaba Eduardo Casá. Todo terminó cuando corriendo envuelto en la tierra de una cupecita que venía retrasada, me salí del camino y quedé volcado en una zanja. No me pasó nada pero ahí se acabó mi carrera y la posibilidad de ganar…”
No fue ese vuelco el primer costo que Jorge pagó de su inexperiencia en la ruta.”En la primera curva de la carrera, me fui de largo. Había tomado un mojón como referencia para el frenaje porque pensé que un mojón es algo que no cambia de lugar, pero había tanta gente al costado de la ruta que taparon el mojón y no lo ví . Por suerte pude seguir…” contó Ternengo, que sobre el público también recordó que “hubo mucha, mucha gente, e incluso escuché decir que había quedado una fila de 15 Km de cola de autos sin poder entrar…” Por esta situación la largada se demoró una hora y media. Otra evocación aunque menos grata es la de la reacción de gran parte del público ante esos “intrusos” que veían en los Torino, con sus líneas modernas, frente a las tradicionales cupecitas. “Nos tiraban piedras y palos en el camino pero con el tiempo se terminaron convenciendo que era el futuro” destacó .
La deserción de Ternengo dejó a Gradassi como único defensor de las huéstes de Torino ya que Copello, el otro piloto el equipo había abandonado en la vuelta inicial por un problema en el distribuidor. El Maestro era el candidato tras encabezar el 1-2-3, con Gradassi y Ternengo detrás, en la particular clasificación realizada el sábado para determinar el orden de largada de los 45 participantes. Su auto era el distinto de los tres Torino 380 W, ya que poseía una trompa modificada en función de un mejor rendimiento aerodinámico (ganaba 5 Km de velocidad final) y una tapa de cilindros entubada.”Si bien no había órdenes y todos teníamos la misma atención, creo que por esas cosas distintas y su estrecha relación con Berta, Copello era de alguna manera el piloto número uno… ” estimó Ternengo sin reproche alguno tras aclarar que «los tres pilotos nos llevabámos muy bien…».
Gradassi pudo sobreponerse al inconveniente y ayudado también por una pinchadura de un neumático que complicó al Ford F-100 de Casá, el recordado Tractor, a dos vueltas del final, selló la histórica victoria, la primera personal en el TC y de Torino, con una ventaja de 1m54s 1/5 sobre Casá y de 7m8s 3/5 sobre la cupé Chevrolet de Mariano Calamante, el padre de uno de los actuales comisarios deportivos de la ACTC. La clasificación mostró en el 12º lugar,a una vuelta del ganador, a otro Torino 380 W, el de Esteban Sokol, inscripto en forma particular. Es que los Torino similares a los que corrian, podían adquirirse en cualquier concesionaria. Otros tiempos.
Ternengo tuvo que esperar hasta el 25 de junio en la Vuelta de Bahía Blanca para inscribir su nombre en la lista de ganadores del TC. Repitió el 1 de octubre en Tres Arroyos, una carrera con una especial valoración, ya que como cuenta ” luchamos con Pairetti andando en el barro a 190 Kh/h….” Qué tiempos y pilotos aquellos protagonistas de una nutrida temporada que comprendió nada menos que ¡32 carreras! o sea el 60% de los domingos. Por eso era común ver 4 fechas en otras tantos fines de semana seguidos. La época más intensa fueron los 7 domingos con TC que hubo entre el 3 de septiembre y de 15 de octubre. Y no era porque habia más domingos sino porque no abundaban ni sobraban las categorías como en las épocas actuales.
Esta Vuelta de San Pedro, fue la primera y última disputada en dicha ciudad bonaerense, donde por entonces Osvaldo Morresi, su mejor representante en la historia del TC, tenía 14 años. Su desarrollo exigió 10 vueltas a un trazado de 56,200 metros, divididos en 34 de tierra y los restantes 22,200 de asfalto, para totalizar 562 Km. casi cinco veces más que lo que entre series y final (123,540 Km) cumplieron días atrás en Viedma los actuales pilotos de TC en la inauguración del campeonato 2017. Obviamente aquellos eran tiempos en que nadie imaginaba la presencia en las carreras de las transmisiones televisivas, que con sus particulares pautas irían cercenando y cambiando, no todas para bien, tantas cosas en el automovilismo.
“Nada que ver esta época con aquella. Tal vez antes había más pasión de la gente porque los autos eran más genuinos de las marcas mientras que ahora son casi todos iguales.Claro que también antes los riesgos eran mayores, especialmente las carreras en ruta, que eran una ruleta rusa” marca Ternengo como diferencia de aquel a este TC, algo que no le impide celebrar este retorno de los Torino con respaldo oficial. “Ojalá les vaya bien, por lo menos, con lo visto en Viedma, parece que ahora la marca anda…” comentó antes de adelantar su participación en un homenaje que el próximo 5 de marzo habrá en San Pedro como recuerdo de aquella carrera histórica y donde asimismo se anuncia la presencia de Jorge Cupeiro, también participante en aquella competencia.
Las cupecitas sintieron el impacto de la irrupción triunfal de los Torino y reaccionaron. A la semana siguiente de San Pedro, Casá venció en Allen, dos semanas más tarde Angel Rienzi ganó en Necochea y siete días después, Casá repitió en la Vuelta de Santa Fé. Todos con Ford F 100. Tampoco la respuesta de los Torino oficiales se hizo esperar. Llegó a partir de la quinta fecha, 2 de abril, en el Gran Premio de la Vendimia en Mendoza, con una serie de victorias de Copello, sobre un Torino con modificaciones en las ssupensiones, que no sólo lo proyectaron al título, sino que confirmaron que aquel 26 de febrero algo había cambiado para siempre en el TC. Por eso el recuerdo se mantiene pese a que ya pasó medio siglo.
Por Miguel Sebastián
Fotos: historiatc.com.ar