MANDÓ COMO SIEMPRE.
Como en las épocas de Sebastien Loeb, el WRC sigue teniendo a un dominador absoluto, más allá de los cambios reglamentarios y otras yerbas. Y es otro Sebastien: Ogier quien, al mando del Ford Fiesta del M-Sport de Malcolm Wilson, se impuso con holgura en el Rally de Montecarlo, la carrera que abrió una nueva temporada del Mundial.
El galo volvió a ser contundente y mantuvo a raya a los Toyota Yaris del estonio Ott Tanak, escolta a 58s3/10, y del finés Jari-Matti Latvala, que completó el 2-3 de la terminal japonesa. El que fue de más a menos fue el belga Thierry Neuville, que arrancó ganando el shakedown con el Hyundai i20 pero problemas en la etapa inicial lo obligaron a una remontada que lo dejó con un 5° puesto en el final.
«El Rally de Montecarlo es un evento especial para mí. Siempre me ha ido bien aquí, parece que tengo una conexión muy buena con este rally, y estoy súper feliz de conseguir otra victoria”, reflexionó Ogier. Y agregó: «A menudo hay que enfrentar condiciones difíciles, pero este fue extremadamente complicado. Nunca he tenido problemas con la elección de neumáticos. Se trataba de minimizar los errores, y logré cometer menos que los demás. La competencia será enorme este año”.
La próxima cita es el Rally de Suecia, del 15 al 18 de febrero.
Por el equipo de VA.
Fotos: WRC.