EL FIN DE SEMANA DEL MOTOCICLISMO en Termas de Río Hondo dejó tela para cortar… y alguna secuela imprevisible.
El viernes pasado, en una recepción de Dorna y en un aparte con la prensa, el ministro de Turismo Enrique Meyer hizo alusión -tras una consulta de VA– a la oportunidad perdida con la Fórmula 1, admitiendo el error de haber inducido a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a anunciar el regreso de la F-1 en un callejero en Mar del Plata.
–¿Traer el Mundial de Motociclismo a la Argentina sale 10 veces menos que traer la Fórmula 1? -quiso saber VA.
-… Menos que la décima parte -repuso Meyer.
-¿Qué dice la presidenta de toda esta movida?– insistimos.
-La presidenta tuvo al lado a un hombre como Néstor que amaba la movilidad que generaba el automovilismo -contó el funcionario- Él decía que, si tenemos de un pueblo a otro una carrera de Fiat 600 y corren 20, hay 80 personas que acompañan porque, por cada auto, hay cuatro personas que acompañan entre piloto, mecánicos y familiares. Proyectemos esto a una escala mayor como lo es la Fórmula 1. Todo el movimiento económico que genera, el ingreso de divisas, el tener un fin de semana con movimiento turístico, la difusión, la promoción, todo eso siempre estuvo en la mente de ellos (Néstor y Cristina) y, por eso, hasta en un momento se atrevieron a hablar de traer a la Fórmula 1.
La cuestión que el tema de la F-1 tuvo rebote en los medios locales, lo tomaron los internacionales como «L’Equipe» y fijate hasta dónde llegó:
«Siempre estamos abiertos a hacer algo en la Argentina», dijo Bernie Ecclestone.
Todo muy lindo, Bernie. Preguntale a tu amigo Carmelo cómo le fue en Termas, ocupate de resolver el temita de Munich, y después vemos, ¿sí?
Por el equipo de VA