UNA PARA VOS, Y UNA PARA MI…
Al mejor estilo de esos acuerdos realizados en función priorizar el interés común por sobre los individuales, Leonel Pernía (Renault Fluence) y Bernardo Llaver (Honda New Civic), se repartieron las victorias en la apertura del 45° campeonato de TC2000 en el Autódromo de Concordia.
Fue un reparto que dejó conforme al equipo campeón, gran sostén de la categoría con cinco autos (casi el 30% del parque presentado en el arranque), por la continuidad de su andar exitoso. También a la gente de Honda, especialmente a Roberto Valle, director del RV Competición, con el protagonismo renovado, ha visto renacer chances como para alejar dudas dudar sobre su presencia en la categoría.
Dos triunfos indiscutibles que no estuvieron acompañados de atractivos trámites, salvo en los instantes iniciales en los que los respectivos poleman (Llaver en la primera y Leo en la segunda) perdieron sus posiciones en situaciones que resultaron clave para los resultados finales. “Leo me sorprendió con el push to pass”, explicó Llaver sobre el sobrepaso en la entrada a la chicana tras una áspera disputa en los metros iniciales. “Quedé enredado con Fineschi y Capurro” argumentó el tricampeón sobre el motivo que facilitó la escapada de Berni. Ninguno en tono de queja. No suelen existir en los acuerdos comunes.
“Nada que ver el auto de la segunda carrera con el de la primera donde me faltó ritmo”, reconoció Llaver sobre la tremenda diferencia del andar de su Honda entre una competencia y otra. Imposibilitado de dar lucha a Pernía en la inicial, se vio el trabajo del equipo en la pausa, porque en noventa minutos todo cambió. Así en la carrera final fue el mendocino quien resultó inaccesible para Leo, más allá de un amague de acercamiento del campeón que nunca bajó del par de segundos de diferencia. Detrás y en otra historia, Damián Fineschi escribió la propia con sendos terceros puestos que además de repetir las integraciones de los podios, le dieron alto valor a su reaparición sobre un Chevrolet que recién conoció el fin de semana.
“Estoy contento porque fue un buen puntapié inicial de la categoría para este año”, señaló Alejandro Levy, presidente del TC2000. Es cierto, sin resultar brillante, acabó siendo bueno el comienzo. Más allá de no entregar carrera entretenidas, mostró variedad de marcas en los puestos de avanzada, luego que el año pasado monopolizaran los Fluence alistados por Marcelo Ambrogio, con tan prolongada y exitosa vigencia en la categoría, luego de haber transcurrido varios años desde que Renault dejara de fabricarlos. Ese intercambio de marcas, se vio en el repetido podio que juntó a Honda, Renault y Chevrolet. Esto sin contar que quedó en veremos lo de Toyota, especialmente por el prematuro abandono de Matías Rossi, cuando la rotura del motor dejó para mejor oportunidad su esperado duelo con los otros principales animadores.
También entraron en el saldo bueno manifestado por Levy, las destacadas actuaciones de jóvenes debutantes, desconocidos para muchos, Figgo Bessone (quinto y séptimo), uno de los hijos de Tito Bessone, Matías Capurro (séptimo y sexto) y el largirucho Emiliano Stang, octavo en las dos carreras en el caso de los que más sobresalieron. A propósito de las dos carreras, la primera clasificatoria para la final, no se contó para la estadística, medida que relativizó su importancia.
Al TC2000 le siguen faltando autos, porque si bien los 17 reunidos en Concordia no representaron una mala cifra para el actual contexto general, tampoco es ideal como admitió Levy. Tal vez en la próxima cita, 14 de abril, posiblemente en el Gálvez porteño, se consiga reunir 20 autos prometidos. Hay tiempo para trabajar detrás de ese cometido clave.
Fotos: Prensa TC2000 y Facebook Llaver
De tc2000 le quedó sólo el nombre. Es triste el presente (y futuro). Ojalá que algún día lo manejen gente capaz