SON DOS GRANDES
Nada menos que una docena de triunfos en el Dakar y nueve títulos mundiales de rally acumulan entre Stephane Peterhansel y Sebastien Loeb, los pilotos franceses dominadores de rutas y caminos de todo el mundo y que desde el año pasado conviven en el poderoso equipo Peugeot que participa en el Dakar con un exclusivo objetivo: ganarlo.
Exitosos ambos, cada uno vive con distintas situaciones esta aventura del Dakar. Peterhansel conoce casi todos sus secretos como lo prueba su por ahora inalcanzable récord de éxitos y sus 26 participaciones desde su debur en 1991 sobre una moto. Loeb está dando sus primeros pasos y va por su segundo Dakar. Muestra su talento de velocista como pasó el año anterior y se repite en esta edición con su dominio en las etapas iniciales pero cuando llegan las jornadas donde prevalece la navegación ahí se opaca un poco Sebastien y comienza a brillar Stephane con su experiencia. Se vio con la llegada del Dakar al terreno boliviano y las zonas arenosas.
De buena relación personal y profesional, Peterhansel y Loeb suelen mantener largas charlas en los campamentos (foto) al culminar las etapas. Analizan lo actuado e intercambian opiniones. También suelen preguntarse cosas, especialmente Loeb, por una obvia razón de menor experiencia en este tipo de carreras.
Fácil es imaginarse que entre tantas charlas, directa o directamente en algún momento habrá surgido de un ganador nato como lo es Loeb la pregunta sobre la forma en que se gana una carrera tan especial y difícil como lo es el Dakar. Nadie mejor para responderla que quien como Peterhansel venció doce veces, las seis primeras en motos y las restantes sobre autos de distinta marcas.
“Andando de menor a mayor…” fue sin mayores precisiones, la respuesta de Monsieur Dakar sobre su efectiva receta para tantos éxitos. Un receta que ya comenzó a aplicar en camino de una nueva victoria en esta edición 2017 que ante las complicaciones de los Toyota de Nasser Al Atiyah (abandonó) y Nani Roma (se retrasó) parece haber quedado servida para los Peugeot con el 1-2-3- que ostentan los autos franceses. Gracias a esa manera de encarar las cosas, Peterhansel, calladito pero efectivo como siempre ya está de nuevo en la cima de la clasificación general. A 1m 09s quedó su “alumno ”Loeb, quien escuchó sus consejos pero no todos, ya que sobre el final de la quinta etapa, tuvo problemas con la navegación y vio reducida a sólo 44 segundos la ventaja que lo separó de su escolta Nani Roma. Menos mal para el francés que por la intransitabilidad de los caminos cercanos a Oruro, como consecuencia de las fuertes lluvias, los organizadores decidieron dar por terminada la etapa en ese control inicial y tras recorrer sólo 219 Km de los 447 previstos.
Falta más de la mitad del Dakar, pero ya el «alumno» Sebastien se instaló a espaldas de su maestro Stephane. ¿Se animará a mostrarle que aprendió sus lecciones y ya puede dictar cátedra propia en el Dakar? ¿Lo dejará el equipo o en favor de uno u otro, ordenará cuidar posiciones para asegurar la victoria?. Son interesantes interrogantes para no perderle pisada a este Dakar 2017 que en medio de la lluvia y en la altura avanza por territorio boliviano.
Por M.S.
Fotos: Mónica Paz y dakar.com