RIESGOS MAYORES
“Me voy más preocupado que satisfecho…” (Mariano Werner).
“Cuando me avisaron que se estaban rompiendo las gomas, comencé a sufrir porque no sabía que podía pasar doblando a más de 200 Km/h” (Alberto Canapino).
¿Qué se puede pensar de una carrera, o una mini carrera (9 vueltas), como lo fue la clasificatoria del Súper TC 2000 en Rafaela, si los pilotos que llegaron primero y segundo dejan estas declaraciones como las más interesantes por encima de las de compromiso. Que por encima de lo atractiva y cambiante (hubo tres líderes y varios cambios de posiciones), fue una carrera accidentada. Lo fue, sí, pero casi exclusivamente para la mecánica de los autos.
La excepción resultó Gabriel Ponce de León, que llegó quinto, pero fue derechito al hospital para atenderse de una astilla que le entró en el ojo luego que restos de la goma destrozada del Peugeot de Facundo Chapur ingresasen por el parabrisas que rompió de su Toyota. No pasó de un susto.
Esa preocupación y sufrimiento, de Mariano y el Titán, como de tantos otros colegas, tuvieron dos motivos: la rotura de los neumáticos y el estado de la pista .Las pruebas fueron evidentes con las roturas de goma delantera derecha de los Renault del poleman Facundo Ardusso y Leonel Pernia, el Peugeot de Chapur entre quienes anduvieron adelante. Por eso en el agradable atardecer de Rafaela, la mayoría de los equipos comenzaron los trabajos para cambiar las puestas a punto. “En nuestro caso no tuvimos problemas, incluso Urcera se pasó en un frenaje y llegó bien con la goma “ le comentó a Javier Ciabbatari (responsable técnico de Citroen) a Visión, antes de elogiar la tarea del joven Martín Moggia, destacado tercero, y condenara la infraestructura del circuito, recordando las nubes de tierra que se levantaron en algunas banquinas ante los despistes, con un terminante “del tercer mundo…”.
Paradójicamente los pilotos fueron más indulgentes con las falencias del circuito. Canapino hasta llegó a decir en la conferencia de prensa que “se puede correr con un poco de tierra” y el flamante padre primerizo Werner lo atribuyó “al poco uso que tiene el circuito”. ¿Habrán olvidado lo de Guido Falaschi, y menos en un circuito como el de Rafaela donde permanentemente se anda muy por encima de los 200 Km/h.? Ya ante VA, Canapino admitió que “lo ideal sería reasfaltar todo el circuito, incluso las vías de escape, como pasa en el NASCAR”. ¿Por qué no intentar acercarse a la perfección en uno de los circuito más rápidos y peligrosos de Argentina?
Damián Fineschi aportó otra visión sobre los problemas del circuito. “Habría que correr los taludes y parquizar las vías de escapè, total acá no hay problemas para que crezca el pasto…”, propuso el quilmeño, sin esconder su bronca por haber tenido que resignar el tercer puesto ante el relevante. Martín Moggia, “Me avisaron que uno de los autos (el de Farroni) de nuestro equipo (FELA) había roto la goma, y levanté porque quería llegar y no arriesgarme a romper el auto” contó antes de anticipar que en la final de 27 vueltas (tres veces la distancia de la clasificatoria), se correría “a dos por hora y con tiempos de vuelta, tres segundos más lentos..”
Toda una paradoja en el Templo de la Velocidad,
Por Miguel Sebastián (Especial desde Rafaela, Santa Fé)
Fotos: Rolando Gigli, AIF y mpallero