ESTA CLARO QUE EL ESCENARIO 2014 no es el ideal para el campeón del mundo de Fórmula 1.
Con más de media temporada disputada, Sebastian Vettel se ve claramente vencido por su nuevo compañero de equipo, el australiano Daniel Ricciardo.
En once Grands Prix, Ricciardo aventaja al campeón 6-5 en clasificaciones y, mucho más abrumador, con un claro 9-2 en carrera.
Lo más humillante es que la escuadra RedBull consiguió solo dos triunfos en la temporada, en las dos únicas competencias en las que no vencieron los Mercedes de Nico Rosberg o Lewis Hamilton.
Esas dos victorias, en Canadá y Hungría, las obtuvo Ricciardo, no Vettel. Inclusive, la manera en la que el australiano logró su último triunfo, en Budapest, batiendo en las últimas vueltas a Hamilton y a Fernando Alonso con una brillante exhibición conductiva, causó sensación en el ambiente de la F-1.
La cuestión es una de las más apasionantes del Mundial, después de que quedaran más o menos claras las razones por las cuales Mercedes ejerce un dominio tan apabullante. ¿Por qué un recién llegado al equipo campeón del mundo bate de manera tan incuestionable al monarca establecido?
Vettel fue campeón en las últimas cuatro temporadas, venciendo siempre a su antiguo compañero, otro australiano, Mark Webber. No siempre lo logró por un margen aplastante.
De los cuatro títulos que obtuvo, entre el 2010 y el 2013, en dos temporadas, en 2010 y 2012 no hizo la diferencia abrumadora sobre su compañero que sí mostró en las otras dos temporadas.
Eso coincidió, de manera no tan casual, con desarrollos de RedBull que mejoraban dramáticamente el rendimiento aerodinámico del auto, como el doble difusor soplado (en el que los gases de escape generaban un plus adicional nada desdeñable de downforce) o la salida de los escapes sobre la carrocería por delante del tren trasero (para producir más fuerza de sustentación).
En síntesis: cuanta más downforce Vettel dispuso en su máquina, más provecho pudo sacarle.
Este año, con la adopción del escape único, se redujo sensiblemente la lícita ventaja que el alemán podía amasar en ese área. Al punto que el director técnico del equipo, Adrian Newey, el máximo experto en la materia aerodinámica en la F-1 de los últimos 20 años, se aburrió de estar tan limitado por el reglamento y el coche del 2015, el RB11, será el último que pergeñe: el año que viene se irá a diseñar el barco inglés para la America Cup.
Se diría que, más acostumbrado a disponer de menos fuerza aerodinámica para doblar más velozmente en las curvas, tras dos temporadas años en Toro Rosso, Ricciardo puede extraerle a este coche tanto jugo como Vettel.
El RB10 no dispone de esa plataforma superior de rendimiento con la que el alemán hacía maravillas, como cuando en la segunda mitad del 2013 la adopción de un caucho más blando para las cubiertas de la categoría le concedieron el acceso a esa plataforma: con gomas más blandas, más posibilidad de explotar la downforce adicional en las curvas, y de allí nueve victorias consecutivas. En fila.
Después de eso, once carreras sin ganar. Y nadie podría decir que Vettel se olvidó de cómo conducir a fondo.
El doctor Helmut Marko, asesor deportivo de Dietrich Mateschitz que ocupa un poderoso lugar dentro de la escuadra, opinó recientemente que la razón por la cual Ricciardo bate normalmente a Vettel es que el alemán sigue intentando hacer que el auto haga lo que él pretende, en lugar de adaptarse al coche y sus debilidades. Marko calificó a Vettel de “perfeccionista”.
En la práctica fue como decirle «dejate de joder, Sebastian, no le pidas al coche lo que no te puede dar, acostumbrate a sus carencias y tratá de sacarle lo mejor».
Dotado de la posibilidad de acelerar antes en las curvas gracias al plus aerodinámico, Vettel sacaba una ventaja inédita. Este año no tiene acceso a esa zona de confort.
Para Christian Horner, el director deportivo de RedBull, la explicación es “una combinación de varios detalles”. Pero le apunta a otra cuestió específica, relacionada con la anterior.
Para el inglés, Vettel “es muy sensitivo del comportamiento del auto, especialmente en el frenado». Los nuevos sistemas “brake by wire”, que vinculan electrónicamente el pedal de freno con los calipers, provocaron que, a juicio de Horner, el alemán perdiera “parte de su sensibilidad con el auto”. Eso, por otra parte, le impide «cuidar las gomas de la manera en que siempre hizo” a criterio del D.D.
“Sebastian maneja el auto como un bailarín, danzando sobre el acelerador y los frenos” insiste Horner, aludiendo a una característica de manejo que no pudo aplicar con los coches de este año. Esa «danza» sobre el acelerador se ejecutaba mientras Vettel sentía en su cuerpo el mayor o menor empuje de la fuerza aerodinámica que, como consecuencia de verse incrementada por los gases de escape, aumentaba con la aceleración. Ese «feeling» se perdió y probablemente le tomó medio campeonato a Vettel superar el desconcierto que esa ausencia le producía.
Eso se sumó a los múltiples problemas que Renault tuvo con sus unidades de potencia y que, por ejemplo, lo hicieron abandonar en tres oportunidades en los primeros ocho Grands Prix del año. “Tuvo menos tiempo para adaptar su estilo de manejo” señala Horner. Eso, siempre y cuando haya querido adaptarlo, lo que a juicio de Herr Doktor Marko, no ha sido una opción voluntaria del campeón mundial.
Sin acusar la pérdida de una ventaja de la que nunca dispuso, Ricciardo llena los ojos de los entendidos con un manejo preciso, agresivo pero calculado. “Daniel hizo un trabajo extraordinario, pero no es solamente su velocidad sino su técnica de manejo, su habilidad para soportar la presión en los momentos clave de la clasificación y la carrera, y lo hace de manera muy natural. Detrás de esa gran sonrisa hay un piloto con una determinación de acero” lo elogia Horner.
Lo cual viene a demostrar, una vez más y por si hacía falta, que por bueno que sea cualquier piloto precisa de un auto extraordinario para convencer, a su vez, de lo extraordinario que realmente es.
Por Pablo Vignone
Fotos: RedBull
Queda claro que Vettel es un paquete y que solo logro Cuatro Titulos Mundiales por que tuvo un auto altamente superior y un compañero de equipo aun mas paquete que el.
Es igual al caso de Jenson.
Excelente nota, lastima que no pude sentarme yo que estoy acostumbrado al Ditella!
Prost era bi campeón cuando llego un brasilero llamado Senna da Silva.
Brabham era tricampeon y dueño de la escudería cuando contrato de compañero a un tal Hulme.