ANALICEMOS LAS POSIBILIDADES
No caben dudas: el pasado Gran Premio de Arabia Saudita fue la carrera más exquisita del mexicano Sergio “Checo” Pérez en la Fórmula 1. Pole-position, líder durante 47 de las 50 vueltas, no perdió la cabeza cuando quedó segundo en la largada ni cuando el safety-car le anuló toda la ventaja que había amasado en la punta. Contuvo al bicampeón Max Verstappen en la segunda mitad de la carrera y ganó por un margen apreciable. Podría haber sido el líder del torneo si hubiera bajado su record de vuelta en el último giro, pero no le salió bien, Verstappen fue más veloz y llega al GP de Australia con apenas un punto de ventaja sobre el piloto de Guadalajara: 44 a 43. El tercero, Fernando Alonso, suma 30 puntos.
“Ahora realmente me siento parte del equipo, realmente siento que tengo mi lugar y soy muy respetado. Creo que tendré todas las oportunidades de ganar el campeonato, tanto como Max», aseguró Pérez en Melbourne.
Y esa es la cuestión que merece debate. No se puede discutir la base: Pérez necesita conducir al mejor nivel, seguir utilizando su talento para cuidar los neumáticos como pocos en la F-1, mantenerse a la altura de Verstappen, no cometer errores no forzados, ser un verdadero candidato al título mundial más allá de lo que supone correr para el equipo campeón.
Asegurada esa base –sin la cual este análisis sería ocioso- podemos intentar ver qué tiene Pérez a favor y qué le juega en contra en esta campaña en procura de ese objetivo.
¿Por qué no podría ser campeón mundial? Pérez tiene tantas victorias (5) como Charles Leclerc en su historial, y si bien sería ridículo pensar que posee la misma velocidad a una vuelta que el monegasco, las carreras siempre se disputan sobre 300 kilómetros de recorrido.
¿Qué tiene a favor?
Un auto mucho más neutro.
A diferencia del RB18 de 2022, que era indudablemente sobrevirante, este RB19 es más neutro, no posee el mismo comportamiento, y eso le cae mucho mejor al estilo del mexicano, que prefiere autos que tengan la trompa más suelta y la cola más firme.
“Tenemos un auto muy fuerte, un paquete muy fuerte, un auto con el que me siento cómodo y con el que estoy trabajando bien, y un auto en el que también creo que, en la dirección que tomamos con el desarrollo, puedo sacar el máximo provecho”, dijo en Melbourne. Probablemente Verstappen siga siendo más rápido que el mexicano en la qualy con este RB19, pero no por el medio segundo promedio que le había sacado en 2022 con el RB18. Y lo que importa es la carrera: “Ya en Bahrein estábamos en márgenes muy pequeños [de ritmo] en clasificación y carrera. Será importante mantener eso y ganar carreras cuando podamos”.
Un único rival
De acuerdo a cómo está planteado el torneo 2023, aunque solo hayan transcurrido dos carreras es difícil creer que Leclerc, Lewis Hamilton, George Russell o Carlos Sainz puedan pelear el título, dadas las carencias evidentes de las Ferrari SF23 y el Mercedes W14. El panorama puede cambiar, desde ya, pero ¿quién sabe qué diferencia podrían haber sacado los RedBull para entonces?
Y aunque Alonso deslumbre con su campaña 2023, el Aston Martin AMR23 tampoco parece en la liga del RB19, que de acuerdo a los circuitos podría ser hasta un segundo por vuelta más veloz que sus rivales.
Por lo tanto, el único rival que se interpone entre Pérez y el título es –a priori y nada menos- el bicampeón mundial Max Verstappen. El más difícil de todos, seguramente. Pero siempre uno solo. Es más sencillo correr contra un solo rival que contra varios. “En las dos primeras carreras hemos estado muy juntos en equilibrio… Si quiero ganar el campeonato, tengo que vencer a Max fin de semana y mantener este nivel de consistencia durante toda la temporada…”.
Máxima experiencia y conciencia
Con una veteranía de 241 Grandes Premios en la Fórmula 1 y la evidencia de que esta es su mejor oportunidad y acaso la última, Checo puede mentalizarse de manera muy positiva al enfocarse en esta campaña. Se sometió al rigor físico y alimenticio, está dando todo lo que tiene –la base tiene que estar asegurada, se reitera- y trata de ganar confianza en un equipo que no siempre lo trató bien.
“Tener a Max como referencia te convierte en un mejor conductor. Te extrae todo. También con el equipo, siento que estoy más en casa con el coche y el equipo y entiendo qué dirección tenemos que tomar con el coche. Ha habido una buena mejora”, señaló en Australia. Pérez necesita tener todos sus sentidos bien despiertos durante los casi 300 días que quedan hasta el cierre del torneo, pero nunca ha estado mejor preparado para eso que ahora.
Lo mucho que cuesta un abandono
Verstappen sufrió una rotura de semieje en la clasificación del GP de Arabia. Si eso hubiera ocurrido en carrera, Pérez le habría sacado 25 puntos de ventaja. Si en los próximos tres Grandes Premios, el neerlandés le hubiera ganado al mexicano, Pérez todavía seguiría siendo el líder…
Con tan pocas posibilidades teóricas de que otros competidores se intercalen entre ambos (RedBull hizo el 1-2 en las últimas tres carreras de Fórmula 1), un abandono de Verstappen lo puede favorecer mucho más que en otras circunstancias. Y no es tan imposible, como quedó claro en Jeddah.
“Creo que es importante mantenerse en la lucha durante toda la temporada; tener un coche en el que puedas ser competitivo en cualquier situación en la que te encuentres”, señaló el azteca. “Puedes ganar 15 carreras, pero si en las otras carreras simplemente te caes y tienes abandonos, no es suficiente. Es simplemente alcanzar ese nivel de consistencia y tomarlo carrera por carrera”.
Basta recordar el ejemplo de 2016, cuando Hamilton terminó más a menudo delante de su compañero Nico Rosberg –y el resto de los rivales los seguían desde muy lejos- pero fueron las roturas mecánicas (como el motor en Malasia) y los abandonos por golpes o toques por parte del piloto inglés lo que favoreció la única conquista del alemán, que había dado tanto de sí ese año que cinco días después anunció, extenuado, su retiro.
¿Qué tiene en contra?
Su debilidad relativa en el equipo
Aunque Pérez se sienta más contenido dentro de la escuadra, miles de señales indican que RedBull sigue siendo el equipo de Max Verstappen. Nunca nadie se esfuerza por disimularlo. Y aunque Christian Horner suele ser bastante ecuánime, es arduo no ver al mexicano como el piloto visitante de la escuadra que transformó a Max de una promesa en un formidable campeón. La condición latina de Checo en un equipo sajón –con injerencia austríaca- tampoco ayuda. Si el contrato de Verstappen vence en 2028 y el de Pérez en 2024, no hay manera de creer que el equipo será 100 por ciento ecuánime en cada circunstancia.
La política interna
Un desprendimiento de la primera condición en contra. ¿Un signo? El rostro de furia contenida de Jos Verstappen cuando Pérez ganó en Arabia o las nada sutiles declaraciones de Max cuando asegura que “todos están contentos menos yo, que solo estoy contento cuando gano”. Sin entrar siquiera en el terreno que supone analizar el rol de Herr Doktor Helmut Marko, para quien México está en Sudamérica y todos nosotros perdemos fácilmente el control y la calma… “Sería muy importante que ambos respetáramos todo lo que nos ha dicho el equipo”, ha dicho Pérez. “Creo que ambos somos lo suficientemente maduros para saber qué está bien y qué está mal y mientras siga siendo así, no espero que nada cambie”.
La chance que el RB19 se desarrolle en su contra
Así como este RB19 es un coche bastante neutro, que no complica a Checo como su antecesor, lo concreto es que nadie sabe, fuera del equipo, qué pasos se darán a nivel de desarrollo en el auto. Para hacerlo más rápido, ¿lo volverán sobrevirante como en 2022, quitándole kilos de la parte trasera? RedBull promete muchos upgrades a lo largo del año, y ese cronograma ya está escrito y decidido. Es una incógnita para todos nosotros. ¿Y si Verstappen quiere de vuelta un coche sobrevirante?
Un posible ajuste de reglamentación
La FIA encuentra que, para combatir la pérdida de downforce que implicó levantar los coches 15 milímetros para evitar el porpoising –a través de la Directiva Técnica TD0039-, los ingenieros de los equipos intentan recuperarlas con soluciones que desvían el aire hacia el exterior de las cubiertas delanteras, en lugar de hacerlo hacia arriba, como prescribe el nuevo reglamento aplicado desde 2022. Así se genera más aire turbulento y vuelve a ser difícil seguir de cerca a otro competidor. No falta la especulación de que, para cerrar esa brecha, la FIA vuelva a emitir otra Directiva Técnica o, sencillamente, derogue la TD0039, lo que supondría eliminar parte de la ventaja técnica de la que hoy goza RedBull. Como efecto colateral, el torneo podría volverse más peleado, acercando más a Ferrari y Mercedes.
Pura especulación sobre bases reales. En caso de que así suceda, eso iría en desmedro de los pilotos de RedBull. Y a Pérez sin duda lo perjudicaría en su intento por ganar el título mundial.
Pero después de Australia faltarán todavía 21 carreras…