ENTRE LOS 12 INGRESADOS A LA COPA DE ORO, ESTÁN LOS QUE DEBEN CELEBRAR AL MENOS UNA VEZ LA VICTORIA. Y DE ESA FORMA, QUEDAR PLENAMENTE HABILITADOS PARA ASPIRAR AL TÍTULO DE CAMPEÓN DE TURISMO CARRETERA.
Y uno de ellos era precisamente, el campeón vigente Julián Santero. Y los tiempos comenzaron a apremiar; los márgenes para conseguir el vital resultado comezaban a estrecharse y con fecha de vencimiento. Santero desde ya lo sabía. Por eso, haberse quedado con la pole en el polvoriento y cambiante Autódromo Rosendo Hernández, escenario de la primera ronda de la Copa de Oro Río Uruguay Seguros, adquirió mayor importancia respecto a la habitual.
A Julián le cae de parabienes el circuito, hizo el mejor tiempo en las tres últimas clasificaciones, incluyendo la del fin de semana en curso y acumula 10 en 102 carreras en TC. A au vez, fue la segunda del año para un Ford, desde esta carrera con 15 kg menos de peso mínimo según las modificaciones técnicas resueltas por la ACTC (mirá nota aparte).

De todas formas, no necesariamente incrementó las chances para ganar arriba del Ford Mustang del Fispa Corse. Las estrechísimas diferencias hicieron que no surgiera un candidato mucho más firme que otros. Acaso Agustín Canapino fue quien más insinuó esa condición, luego de entrenar al frente y colocarse segundo exigiendo al límite al Chevrolet Camaro del Canning Motorsport. El Titán quedó a tan sólo 011/1000 del mendocino, como Agustín de barbas impecables, muy cuidadas.
Sobre el cierre de la tanda clasificatoria donde participaron todos los ingresados a la Copa, a escasos minuto de cerrarse los cronómetros, sacó pecho Santero.y se quedó con su primera pole de la temporada en TC. No le alcanzó Canapino, mientras que el sorpresivo ganador de la etapa regular, Marcelo Agrelo, se metió tercero y de la misma forma, muy cerca a 394. Agrelo pese a la consistencia mostrada con su Toyota Camry, no estaba considerado como uno de las aspirantes más señalados para pintar el «1». Sin embargo, y más aún, tratándose del TC, su vasta historia señala episodios que dejaron a muchos con la boca abierto. Agrelo, un nombre sin el cartel de las primeras figuras de la avenida Corrientes en el corazón porteño, podría estar en condiciones de dar el batacazo.
Con la intención de comprobar el signficado de ganar por primera vez en TC, haciendo debutar a otro Mustang hecho en el taller entrerriano del Gurí, su padre y principal sosten, Agustín Martínez dio la nota, cuarto a 372. Y quinto, después de problemas en el auto que lo dejaron lejos en las prácticas, Mariano Werner quinto a 389. Mariano en su primera carrera después de cinco exitosas temporadas con Rody Agut como motorista, también de estreno, «Rulo» Pianca, el nuevo preparador del motor del Mustang. Decisión con riesgo para una fase donde un paso en falso podrá implicar un revés irreversible.

Santero salía adelante en la primera serie a las 10.10 horas, junto al Gurisito Martínez, ambos Mustang. La segunda, 10.35, encontraba en primera fila a dos encarnizados rivales, con escasa onda mutua, Agustín Canapino y Mariano Werner, Chevrolet y Ford. La restante encabezada por el Camry de Agrelo y el Camaro de Christian Ledesma; el joven veterano marplatense, sexto en la clasifica, ¿por que no anotarlo entre los candidatos más firmes al título en TC (lo ganó en 2007 por primera vez)
Por lo visto en el andar sabatino de los autos sobre el repavimentado circuito puntano, sus condiciones influídos además por la geografía de la provincia, aparecieron falencias que podían incidir tanto en series como en la final dominguera. Bastó que unos autos cicularan por la tierra arada, para comprobar el alto costo. Preguntale nomás a Matías Rossi, metros por la tierra entrenando, produjeron importantes daños en único Toyota Camry con soporte de la marca, obligando a apurado trabajo extra para repararlo y clasificar 16º a 1s084. A la tierra se sumó el viento para ensuciar más la pista, piedras con la que se toparon los «despistados» y el calor. Nadie pasó por alto esas condiciones.



















