EXIGENTE E IMPLACABLE
Así es el Dakar 2018, que no hace excepciones ni siquiera con quien como Stephane Peterhansel, es su máximo ganador, con 13 victorias entre motos (6) y autos (7), que le llevaron a ganarse el apodo de “Monsieur Dakar”.
Con este antecedente y la media hora de ventaja que Peterhansel le llevaba a su escolta Carlos Sainz sobre el otro Peugeot 2008 DKR, no eran pocos los que ya veían la 14ª victoria del francés, como anticipo de un final repetido y poco emotivo. No conocen las trampas que el Dakar tiende metro a metro en su recorrido. En este caso el Peugeot de Peterhansel la encontró el Km 186 de la etapa Maratón, que unió La Paz con Uyuni en territorio boliviano con la lluvia como compañera durante gran parte de su desarrollo.
“Esquive a una moto y me encontré con un piedra muy grande”, contó Peterhansel sobre el golpe que sin vuelco, según lo dicho por el equipo, dejó bastante maltrecho a su Peugeot con la rotura de la suspensión trasera y amortiguadores. Debió esperar la llegada de Cyril Despres en el otro Peugeot para que lo asistiera. Perdió 1h45m y en principio no sólo el primer lugar ante su compañero Carlos Sainz, sino otros tres más ante los Toyota de Nasser Al Attiyah, Giniel De Viliers y Bemhard Ten Brinke. Su posterior y raudo avance le permitió trepar al tercer lugar
¿Chance cerrada para Peterhansel, en su intención de sumar la 14ª victoria? Pudo ser viendo la diferencia de 1h20m que lo separaba de Sainz, y con el Toyota de Al Attiyah en el medio aunque mucho más cercano. Pero el Dakar es tan exigente e implacable que nadie puede dar nada por seguro. Y menos teniendo detrás a Monsieur Dakar.
Por el equipo de VA
Fotos: Prensa Dakar