EL CANDIDATO MÁS FIRME.
Era sin dudas José Manuel Urcera para calzarse la corona del Turismo Carretera, con definición en la ardiente El Villicum de San Juan. No muchos lo tenían en cuenta en la Etapa Regular del campeonato. Los tres triunfos sobre una decena de carreras, y la holgada ventaja de 31 puntos con la que inició la Copa de Oro Río Uruguay Seguros, le daban a Agustín Canapino las mejores chances.
Recontra sabido es que el TC es el TC, y pasan cosas. Apenas iniciada la Copa de Oro ocurrieron, todavía sin explicaciones concretas. Fijate, la confiabilidad de los motores del Chevrolet de Agustin y las ventajas que se diluyeron. A eso se sumó Mariano Werner, con el par de victorias consecutivas y un Manu Urcera que empezó a mostrar sus ambiciones reales, ante la conquista del triunfo en la anteúltima de la Etapa Regular.
Esas uñas para campeón que Manu mostró con su triunfo en la primera visita del año a El Villicum, las confirmó durante el desarrollo de la Copa de Oro. No por casualidad la pole obtenida en la clasificación para la dominguera carrera final en terreno sanjuanino, resultó la tercera sobre cinco fechas de la etapa decisiva. Una muestra que toda la motivación del rionegrino ha estado puesta en este tramo. Para acompañarla, además de su capacidad conductiva, mayor experiencia y sólido respaldo económico, se ha apoyado en la estructura de un equipo como el Maquin Parts, eficiente como pocos al punto que sus otros tres integrantes (Esteban Gini, Germán Todino y Facundo Ardusso), llegaron al menos con chances matemáticas para ser campeón. Obviamente las mejores cartas, y no sólo en los números del campeonato, estaban en manos de Urcera por su influencia en el equipo.
Su pole no sólo vino con la ventaja psicológica de largar delante de sus rivales, especialmente de Werner, sino con tres puntos que le permitieronn a Manu estirar a nueve la ventaja (169,50 a 160,50) en el campeonato sobre el entrerriano. Distaba de ser decisiva con 67,50 en juego (7,50 en las series y 60 en la final), pero contaba con su valor porque como bien dijo Werner, tras quejarse de vibraciones en su Ford, “me obligará a ir para adelante”, con los riesgos que implicaba en una carrera donde la alta temperatura (estaban pronosticados 40 grados), constituía otra importante exigencia para el físico de los pilotos y la resistencia de los elemento mecánicos.
Paradójicamente en esa serie inicial que mostraría a Urcera abriendo el camino, jugaban sus chances tres de sus rivales: Jonatan Castellano, largaba segundo y Mariano Werner, cuarto, Agustín Canapino a la vez quinto.
Ninguno pudo con la contundencia de Urcera en la clasificación. Estuvieron cerca Leonel Pernía y Esteban Gini, quienes partían adelante en las restantes series. Ojo con Gini que también dentro del Maquin Parts, disponía del buen auto que necesita para cumplir con el requisito de obtener la victoria, y al mismo tiempo esperar la debacle de los principales candidatos para dar el batacazo.
Es cierto que esta definición mostró a un gran candidato; pero en el TC todo es posible.
Fotos: Prensa ACTC.