GANARON LOS DOS.
En el automovilismo, muchas veces no sólo gana el que llega primero. Especialmente, cuando se llega al momento de definir un campeonato. Y eso pasó en el Gálvez donde, por la penúltima fecha del TC 2000, José Manuel Sapag se llevó una arrasadora victoria pero su escolta, Rodrigo Lugón, recuperó la punta del campeonato y llega a la última carrera dependiendo de si mismo para ganar el título.
El triunfo de Sapag no admite discusiones: largó desde la pole y, con un Citroën C4 Lounge demoledor, sacó una ventaja de más de 16 segundos que le permitió dominar a placer y reafirmar lo bien que andan los autos de la marca francesa en el Gálvez, donde también se impusieron en la anterior visita de la categoría. Además otro C4, el de Matás Cravero, ganó el sprint.
Pero el golpe de escena se dio en la pelea por el título, donde los pilotos del Ambrogio Racing son grandes protagonistas. Y, esta vez, el que se fue con una sonrisa de oreja a oreja fue Lugón, no sólo por el segundo puesto conseguido con el Renault Fluence (Tomás Cingolani completó el podio con un Peugeot 408), sino porque quien llegaba como líder, su compañero Nicolás Moscardini, abandonó sobre el final por la rotura de un neumático y le dejó servida la punta del campeonato.
«Por suerte volvimos a la punta del torneo, es algo que estábamos buscando. Ahora hay que disfrutar el momento e ir por todo a Paraná. Sabía que en la largada era el momento justo para superar a Nico y por suerte me salió bien. Hay que seguir trabajando y prepararse de la mejor manera para la última fecha. Va a ser una definición muy linda”, comentó el cordobés.
De cara a la última fecha, el 1° de diciembre en Paraná, Lugón va a llegar con 241 puntos contra los 235 de Moscardini. Expectante, esperando algún roce entre los compañeros de equipo, está Cravero con 225, mientras que Ignacio Julián (llegó 11°) y Martín Chialvo (fue 9°) tienen 211 puntos.
Fotos: prensa TC 2000.