SE QUEDÓ CON TODO.
Necesitaba el orgullo ganador de Mariano Werner una rápida reivindicación, luego de esa victoria en Turismo Carretera que en los últimos metros le sopló el Toro de Juan Cruz Benvenuti. Y justo, justo en ese Autódromo de Paraná que Mariano conoce más que nadie. La consiguió pero no sin antes pasar momentos de incertidumbre, esta vez fuera de la pista. Fue cuando se comprobó que en la distribución de los neumáticos, el Vento del entrerriano había usado los correspondientes al Chevrolet Cruze de Matías Menvielle y éste los del auto de Werner. Aclarada al confusión, siguió una extensa revisación al coche ganador, que no encontró irregularidades y recién a las 17,45 del domingo porteño en el autódromo, a poco más de tres horas de terminada la carrera, Werner pudo respirara aliviado y celebrar la victoria.
«Hubo un error compartido entre el que entregó los neumáticos y quienes los recibieron porque tanto el encargado de Werner como el de Menvielle, no se fijaron que eran los números correspondientes. Por reglamento, el Turismo Nacional utiliza muchas gomas. Si bien podes usar 6 nuevas, también se permite sellar gomas usadas de otras carreras. Por eso a veces se usan gomas de carreras anteriores que por cualquier motivo quedan sin usar.. En este caso Menvielle selló unas que no había usado en una carrera anterior donde no corrió la final y sólo compró 4 nuevas. No sé cuál fue el caso de Werner pero bien pudo haber clasificado y corrido la series con gomas selladas de otra carrera porque no hay obligación de comprar gomas ni tampoco de correr con las del fin de semana» explicó Carlos Zanotti, comisario deportivo de la carrera.
Así con algún susto se le dio finalmente la reivindicación a Werner. Y si bien la trascendencia del Turismo Nacional no es la misma que el TC, más allá que sus espectáculos sean mejores o no, resultó una satisfacción especial para el entrerriano vencer en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. Un escenario que no lo ha tratado bien en las principales categorías, al punto que sólo cuenta un lejano triunfo en octubre del 2012 en el TC. En cambio, Werner guarda de la ciudad de Buenos Aires un privilegio exclusivo: haber ganado aquella histórica e irrepetible carrera de Super TC 2000, cuando en ese mismo 2012, recorrió las calles del centro porteño.
Mariano ha sumado con la sexta victoria en la Clase 3 del Turismo Nacional, otro de los bonitos y especiales trofeos que suelen premiar a los ganadores en Buenos Aires. Una victoria que empezó a intuirse con su dominio en la clasificación, y ante su buena adaptación al Vento del Alifraco Sport, motorizado por los hermanos Riva. A ese auto debió subirse para no perder la fecha, debido a la imposibilidad de seguir con el Citroen C4 Lounge del SL Sport Racing, por los problemas de salud de su dueño Pedro López.
Como en Paraná una semana atrás, Werner marcó claras diferencias al resto. Y esta vez sin perseguidores molestos (su escolta Ever Franetovich nunca fue una amenaza), ni apariciones inoportunas como las del auto de seguridad que lo perjudicó en la carrera de TC. Así le dio forma un cómodo triunfo en una carrera, que salvo algunos sobrepasos en el lote intermedio (Urcera, Pernía, Santero, Chapur, Gassman) no respondió al calificativo de “espectacular” con las que las promociona Emanuel Moriatis, presidente de APAT.
Valga el dato: salvo el prematuro abandono del relevante Gastón Iansa, las primeras seis posiciones (Werner, Franetovich, García, Quijada, Domenech y Yannantuoni) se mantuvieron inalterables. Sera cuestión de probar en el circuito número 9 (se corrió en el 8)) si vuelven al Gálvez. Por de pronto no será en la próxima fecha como se había especulado. Esa fecha la ocupará el Oscar Cabalén de Córdoba, el 13 de junio.
Al circuito que recuerda a ese gran piloto que fue Cabalén, Werner va con 72 puntos y la necesidad de acortar diferencias para engancharse en el cuarteto (Santero 129 puntos, Pernía 98, Muñoz Marchesi 94 y Chapur 92), perfilado para la lucha por el título. Sobre un Toyota “engordado” por el lastre al extremo (90 kilos), Julián Santero se las ingenió para sacar un digno resultado (10°), y ampliar su ventaja de 20 a 31 puntos favorecido por el abandono de Muñoz Marchesi (motor). “Hice una carrera sin arriesgar en maniobras y roces innecesarios, con el objetivo de sumar puntos y descargar kilos” explicó Santero sobre su cautelosa actitud en sus duelos con Manuel Urcera (7°), Leonel Pernía (8°) y Facundo Chapur (9°). Se ve que ya tiene claro cómo hay que correr para salir campeón en el Turismo Nacional.
La carrera espectacular fue, nuevamente la de la clase 2, con varios cambios en la punta y todo sin recurrir al auto de seguridad.
Como bien dice la nota la de la C3 no fue entretenida al menos en la punta. Lo de Werner tiene un doble mérito ya que se subió a un auto con muchas carreras que nunca había ganado una final (el que si lo hizo hasta 2019, fue el que hoy usa Lambiris) y que venía con resultados muy pobres en los últimos tiempos.
Párrafo final para la baja en el parque, sobre todo en la clase 2. Moriatis tendrá que enfocarse en eso en lugar de buscar a Rossi, Ardusso y Canapino para la C3.
Saludos