ASI SON LOS MAGOS
Aparecen y desaparecen, como por arte de magia.
Aparecen como apareció Emanuel Moriatis a finales del 2009 para en un impresionante rush y dos triunfos en las fechas finales llevarse el titulo de TC que parecía estar destinado a José María López, en aquel brillante año de Pechito. Desaparecen como también de escalón más alto del podio de TC, desapareció Emanuel después de aquella victoria en febrero del 2010 en Mar de Ajó en el estreno de su titulo de campeón tras aprovechar sobre el final una falla eléctrica y en la caja del Ford del recordado Guido Falaschi.
Volvió a aparecer Moriatis, en este arranque de la Copa de Oro en La Pedrera, donde las mayores miradas estaban puestas en Ardusso, Rossi, Canapino, Mazzacane, Josito. Desde el arranque Ema se metió entre ellos pero pocos lo tuvieron en cuenta, recordando otras insinuaciones rápidamente derrumbadas. Esta vez fue en serio y rápidamente lo mostró con esa irreverencia, conductiva , uno de sus sellos distintivos, que conserva pese a que ya tiene 37 años y es un orgullo padre de Constantino, fruto de su relación con Carolina Oltra, la hija de Silvio.
Esa irreverencia conductiva que tal vez le faltó a Facundo Ardusso en la carrera de mayo en este mismo circuito de La Pedrera para derrotar a Canapino, la tuvo esta vez Moriatis ante el mismo Agustín. Se vio primero con la determinación que tuvo para aprovechar para el sobrepaso ese espacio que el Titán le dejó y lamentó con un “fue un error mío, porque me excedí…”, y luego con esa cerrada defensa que hizo de ese liderazgo y que en algún momento llevó al Chevrolet verdiblanco de Agustín al borde del paredón.
Así en una carrera entretenida, por este duelo, Moriatis llegó a la docena de victorias en 243 carreras en TC No fue una más sino que tuvo el toque emotivo de la dedicatoria a Mauro Giallombardo, su amigo de las pistas y la vida y a quien recordó con el” Fuerza Mauro” que lució la parte trasera de su Ford “Queria ganar para llevarle la copa.a Mauro.” repitió Ema en medio de los festejos, donde también se vieron unas lagrimas de emoción en el rostro de Omar Martínez, por la primera victoria de su equipo luego de su escandalosa suspensión del año pasado. Siempre es bueno para un dueño de equipo-piloto que gane el otro piloto de su estructura aunque como en este caso de Moriatis, no sea, como reconocio el propo Gurí, el que más le conviene economicamente.
Moriatis demostró que esa irreverencia conductiva sigue latente lo mismo que su talento de gran velocista y su desprejuiciada personalidad que lo libera de presiones y temores. Sin olvidar que desde hace años exhibe todas estas virtudes en el Turismo Nacional, donde es bicampeón, cabe preguntarse hasta donde pudo haber llegado la estatura de su figura deportiva en el automovilismo nacional si Ema le hubiese dado una total dedicación a su tarea como piloto Está claro que por decisión propia, Emauel eligió, aparecer y desaparecer alternativamente. Como los magos…
Por Miguel Sebastián
Fotos: AIF y Prensa ACTC