UNA POSIBILIDAD NADA DESCABELLADA.
El arranque de la undécima temporada del Mundial de Resistencia (WEC), en las recientes 1000 Millas de Sebring acabó siendo una fecha histórica para el automovilismo argentino: dos compatriotas ganaron en dos de las tres clases de la especialidad, como nunca antes había ocurrido. Y la victoria absoluta de José María López –número 12 de su historial en el WEC desde que debutó en 2016- lo proyecta a un año tan especial para la categoría, y que puede volverse asombroso para el cordobés de Río Tercero.
Cuatro argentinos corrieron las 1000 Millas: López –a punto de cumplir 40 años- ganó la general y la clase Hypercar, con el nuevo Toyota GR010, mientras que el pibe Nicolás Varrone –con 22 años- debutó en la clase Gran Turismo con un triunfo, conduciendo un Corvette. Esteban Guerrieri llegó al final con el Vanwall Vandervell 680 y Luis Pérez Companc la sacó muy barata después de volcar inesperadamente su Ferrari 488 en la tercera vuelta de carrera.
El año es muy especial, después de que Toyota soportara durante años la continuidad del WEC, mientras competía contra equipos de medio tono y repartía los triunfos entre sus dos autos. Pero en el año en que se celebrará el centenario de las 24 Horas de Le Mans (la primera edición en 1923) las marcas más tradicionales de autos sport en el mundo, Porsche y Ferrari, se sumaron.
Peugeot corrió las últimas tres carreras del 2022, Cadillac también se sumó a la disciplina, y de golpe, con las marcas boutique Glickenhaus y Vanwall, siete marcas distintas disputan la máxima categoría.
Lo que mostraron las 1000 Millas de Sebring fue que la competencia tardará mucho en llegar. Los 963 de Porsche todavía están crudos, y la Ferrari 499P, aunque logró marcar la pole-position con una vuelta en llamas de Antonio Fuoco, consume demasiado los neumáticos en carrera.
Toyota hace cuentas: es el tercer campeonato que trabajan con los GR010, la versión 2023 claramente mejorada respecto a la anterior (menos peso, más downforce, optimizada refrigeración de frenos). Acumularon mucha experiencia en las pistas del WEC, en el trabajo en los boxes durante las frecuentes paradas que la disciplina exige, y en la estrategia. Llevan ventaja en ese terreno, indudablemente.
Ahora compiten contra Ferrari, Porsche & compañía, pero esa ventaja que acumularon en los últimos años –llevan corriendo de manera ininterrumpida desde 2012 en el WEC- va a subsistir durante unas cuantas carreras. Toyota puede mantenerse arriba. Hasta que Porsche encuentre el rendimiento que los blasones de la marca reclaman, hasta que Ferrari ponga bien a punto su prototipo, hasta que Peugeot finalmente consiga curar todos los problemas electrónicos e híbridos de su 9X8 (en Sebring fallaron los selectores electrónicos de marchas en las cajas de velocidades de ambos autos, uno de ellos en la vuelta previa…).
Eso de golpe revela que se agrandaron las chances de López de volver a conquistar el título ya ganado en dos oportunidades. Con sus compañeros Mike Conway y Kamui Kobayashi, ha quedado al frente del Mundial y aunque faltan 56 horas de carrera para terminar el certamen, los pilotos del Toyota nº 7 tienen un apreciable porcentaje de posibilidades de mantenerse allí.
Será clave el resultado de las 24 Horas de Le Mans, que otorga puntaje doble. Ciertamente: si el cordobés consiguiera su segundo triunfo en el clásico francés, ese triunfo en la Le Mans del Centenario puede opacar cualquier conquista posterior, aún un título mundial.
Si los pilotos del Toyota 7 salen con un resultado bueno de Francia, les quedarán solo tres carreras para defender la ventaja. Aunque Ferrari, Peugeot, Cadillac o Porsche parezcan todavía lejos de un triunfo, podrían –avanzando el torneo- restarle puntos al segundo Toyota (sea el 7 o el 8).
Antes de Le Mans se disputarán las 6 Horas de Portimao (en abril) y las 6 Horas de Spa-Francorchamps (en mayo). Ferrari, Porsche & Cía las utilizarán para afinar su preparación para el clásico; Toyota, ganadora de las últimas cinco ediciones de Le Mans, ya no necesita prepararse.
Todas son ventajas que puede aprovechar López. Un gran giro de la historia: en algún momento Toyota pensó en reemplazarlo en la temporada en curso con el neerlandés Nick De Vries, quien era piloto reserva de la escuadra. Sin embargo, en el medio se enfermó Nicholas Latifi, De Vries aprovechó su oportunidad para destacarse en el GP de Italia, y finalmente se ganó un lugar estable en la Fórmula 1. Entonces, Toyota decidió no cambiar sus tripletas. Y la posibilidad de que Pechito consiga su sexto título mundial de automovilismo, no es nada descabellada.
Ajústense los cinturones.