“UN TÍTULO SIEMPRE ES UN TÍTULO”.

Esto es lo que reconoció Mariano Wermer cuando días atrás, Visión le preguntó sobre el significado que podía tener la conquista del campeonato de la Clase 3 de Turismo Nacional, con relación a aquel de TC que perdió en el 2010 por no haber ganado una carrera, y el actual de Súper TC 2000 que con relativas chances  define el domingo 17 en el Cabalén.

"Sentí algunos rapones pero traté de conservar al calma", dijo Werner sobre algunos toquecitos de Moriatis que no tuvieron consecuencias en la limpia disputa entre los dos pretendientes principales al titulo. El 7º lugar por delante de Emanuel (8º) le alcanzó al entrerrriano para la coronación.

 

Mariano Werner es el nuevo campeón de la Clase 3 de Turismo Nacional, una categoría que no lo exhibe como uno de sus históricos, sino como una de sus incorporaciones para sumar nombres ilustres en la disputa con el Top Race, como en su momento también lo fueron las de Rossi, Silva, Ortelli, Fontana, por citar algunos.

Sin ser totalmente cómoda, ya que por algunas vueltas debió soportar el asedio de un Emanuel Moriatis (su principal rival), que supo cuidar límites que otras veces traspasó, su coronación no estuvo rodeada de un trámite altamente emotivo como podía esperarse de una categoría que muchos consideran la más atractiva. Encima tuvo como escenario un Autódromo de Rosario cuyo estado, por trabajos de ampliación que se hicieron de apuro e incompletos, dejó mucho por desear y no resultó el adecuado para una definición de campeonato. Como remate un corte de luz al promediar la tarde complicó el trabajo de los periodistas.

Facundo Chapur recibe la bandera de a cuadros que consagra su victoria, pero también su despedida del equipo Peugeot.

Todo esto no le quitó justicia a la coronación de Werner, la primera en las categorías “mayores” del automovilismo nacional, y la que puso fin a la década sin festejos de campeonatos que pasó desde el segundo  título consecutivo en la Fórmula Renault (2006-2007). Una coronación lograda sobre el Fiat Línea, atendido por el FP Racing de Edgardo Porfiri, motorizado por Mario Riva  y dueño de una confiabilidad que fue clave. Si bien ganó una carrera (Posadas), ese único éxito tuvo un valor especial ya que aquel 9 de abril, Mariano llegó al triunfo tras largar último. Junto a Porfiri justamente proseguirá el año que viene para defender el «1», claro que dejará el discontinuado Linea para subirse al moderno Fiat Tipo que ya se construye en el taller del Fido, modelo que la terminal acaba de lanzar en el país.

Con su hijo Salvador en brazos, Werner festeja su titulo junto a otro papá orgulloso como Fontana (2º), Porfiri y el feliz ganador Chapur..

“Este es el título que necesitaba para despegar en el automovilismo argentino. Ojala sea el primero de muchos más”, destacó el entrerriano sobre el significado de este campeonato. Y enseguida agregó que ”siempre luché mucho por conseguir campeonatos y pese a que mucha veces no se me dieron, nunca me agarró un bajón…”.

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Mariano hizo una pausa en su felicidad por el campeonato, para dejar un emocionado recuerdo de Gabriel ,su hermano muerto en el 2007 en un accidente mientras armaba una cubierta de un auto de Fórmula Renault Plus en el Cabalén de Córdoba. “Me lo imagino feliz, esté donde esté…” , señaló ante de recordar que “hace un año me volví triste y amargado por lo que pasó en la definición del TC , y ahora tengo esta alegría …”.

Así es la vida Mariano.

 

Por M.S.

Fotos: AIF y Prensa APAT

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