UF!, AFLOJEN.
Entre el riguroso, en apariencia, control técnico instrumentado desde que se hizo cargo Diego Iuliano en reemplazo de Alejandro Solga y la chispa que encendida por Matías Rossi, el Turismo Carretera en San Luis fue de lado a lado de la pista. Sin olvidar claro, el que debía ser objetivo principal, el inicio de la Copa de Oro con el campeonato en juego.
Las plantillas que miden a rajatablas las medidas y formas de las carrocerías, extraviadas por error en algunos casos y por avivadas en otros (4 cms de diferencia en un techo es groso, ¿no?; algo así se detectó en un Ford de los buenos), originaron revuelo en Paraná con varios encontrados en posición fuera de juego, y continuó en San Luis donde otros también rebotaron ante el ojo del técnico y en el cara a cara con la «maldita» plantilla, como en los casos de Facundo Ardusso y Mariano Werner.
El Dodge de Facundo del JP Racing, observado en el techo en Paraná, aún corregido, volvió a no pasar el examen puntano y tuvo que ser modificado en el mismo circuito. Algo así sucedió con el Ford de Werner, ganador de la Etapa Regular y con 31 puntos en la bolsa para el comienzo del playoff. Al auto le encontraron una diferencia de 6mm en los parantes, lo modificaron en el taller pero en San Luis no estuvo bien y dale que te dale los mecánicos acomodaron el coche para correr. «Nada que ver, no fue ese el motivo por lo que había quedado tan atrás en la clasificación; equivocamos la puesta a punto y gomas no rindieron», argumentó Mariano.
A la comidilla le faltó una pizca más de picante, y del bueno. Al sabroso menú, se la agregó Matías Rossi. Y sorprendió hasta a algunos de sus colegas com Emiliano Spataro, Guillermo Ortelli, Jonatan Castellano; el Misil puso de nuevo su rubrica y marcó porque está un paso adelante del resto. Lo que el vio, nadie lo detectó.
“No me gustó lo de (Mariano) Werner, que antes de clasificar pudo usar dos cubiertas nuevas porque supuestamente las anteriores tenían una diferencia de 30mm por haberse estirado; me puso mal la situación porque entendí que sacaba una ventaja y se lo plantee al comisario técnico y a la gente de NA (proveedora del caucho)”. “Así sentí –agregó el Misil- que no sólo yo sino el resto salía en desventaja y eso no fue bueno, hablamos de achicar costos usando menos neumáticos y surgen estas cosas, me sentí perjudicado, lo hablé con Mariano y no quiero pensar en que comenzaron las avivadas, estamos en una instancia del campeonato en que hay que ser severos”. El episodio que tuvo que ver con Werner también vinculó a Agustín Canapino, Diego de Carlo y el Gurí Martínez a los que les cambiaron una goma «estirada».
Julio Etchegaray, representante de NA, admitió que los pilotos le «pueden meter el perro», pero que ante al duda y que sólo cuentan con cuatro gomas nuevas, tuvieron que hacer lugar al pedido de cambiarlas…De ahora en más -se dijo- cuando un piloto tenga problemas con las gomas, deberá pasar antes por la técnica de la ACTC que evaluará la situación y decidirá si autorizará o no, el cambio.
Al capítulo «caucho», le sucedió a la gran comidilla del fin de semana, iniciada en la anterior en Paraná cuando el nuevo técnico Diego Iuliano, resolvió medir las carrocerías con plantillas que respetaran a raja tablas las medidas reglamentarias sin tolerancia algunas como, vaya contradicción, están fijadas en las pautas técnicas. Esas que obligaron a modificar también al Ford de Werner, ganador de la Etapa Regular y quien arrancaba al frente en el puntaje de la Copa. El mismo Werner adujo que fue “por una diferencia de 6mm en los parantes, que arreglamos pero no había quedado bien”.
La «célebre» frase acuñada por años en el TC: «arreglalo para la próxima», muestra atisbos que puede quedar en el recuerdo. Que el TC tenga sus «medidas ideales» en todos los rubros técnicos y deportivos, apuntalará y cómo, valores fundamentales como la transparencia y claridad. El público divino tesoro, será respetado como Dios manda.
Por Carlos Saavedra (Especial desde San Luis)
