OTRO SÉPTUPLE CAMPEÓN MUNDIAL
Es Sebastien Ogier, el francés de 36 años, que acaba de recuperar su reinado (fue campeón entre 2013 y 2018) en el Rally Mundial con la rúbrica del triunfo en el Rally de Monza, fecha que cerró la atípica temporada que a partir de la irrupción de la pandemia del coronavirus a mediados de marzo, sufrió varias cancelaciones de carreras (entre ellas el Rally de Argentina) y no salió de Europa.
Emparentado con la Fórmula 1, por ser el escenario que más veces transitó la categoría, te puede parecer sorpresivo el nombre de Monza para un rally mundial. Lo es, de la misma manera que resultan extrañas las imágenes de autos del rally circulando a fondo por la histórica Curva Parabólica que en los 60 vio el paso de los Fórmula 1.
Sorpresivo y extraño, fue real este Rally de Monza, fecha que a último momento sirvió para darle un digno cierre a un campeonato complicado. Ese tránsito por la Parabólica formó parte del Power Stage que también por caminos de tierra recorrió las afueras del circuito. Para entonces, la salida del camino del Toyota de Elfyn Evans en la etapa anterior practícamente había terminado con las aspiraciones del británico al título y favorecido las de Ogier. Era cuestión que el francés no cometiese errores y que su Toyota Yaris no fallase. Nada de eso sucedió y Sebastien tuvo festejo doble: triunfo y título. El segundo lugar del campeón saliente Ott Tanak y el tercero del español Daniel Sordo, sirvieron para que Hyundai se asegurase el Trofeo de Constructores en un reñido final en el que superó a Toyota por 241 puntos a 236.
A diferencia de Lewis Hamilton, este séptimo título no le da a Ogier la propiedad de ningún récord. Todavía le quedan dos escalones para alcanzar el pedestal en el que desde el 2012 habita a su compatriota y tocayo Loeb. Esta proximidad movió a un cambio de planes de Ogier Así de la intención inicial del retiro pasó a la decisión de su continuidad con Toyota empujado por la motivación de igualar al hasta ahora inigualable Sebastien Loeb.
Fotos: soymotor.com