UNA OPORTUNIDAD PARA VENDER MÁS MÁQUINAS DEL CAVALLINO.
Velocidades de casi 300 km/h, jet set rutilante, una pista con 19 curvas trazada en torno a un estadio de fútbol americano, una marina ficticia que en esta oportunidad tiene un poco de agua y muchas, muchas palmeras. Es el Grand Prix de Miami, del fin de semana, la quinta fecha del Mundial de Fórmula 1.
Si se mantiene la racha, será una carrera para Max Verstappen, que vino alternándose las victorias con Sergio Checo Pérez desde el comienzo del torneo. El RedBull RB19 sigue invicto en lo que va de 2023, pero el mexicano viene de mostrar un extraordinario nivel en Azerbaiján, y en otro callejero puede volver a hacerle fuerza al bicampeón mundial.
Con una extensión de 5.412 metros, la pista de Miami exige una buena cuota de carga aerodinámica, lo que probablemente hará que Aston Martin vuelva a estar por delante de Ferrari, al revés de lo que ocurrió en Baku, dónde prevalecía la velocidad punta de los coches.
Pero es en Miami en dónde, por muchas razones, la Scuderia quiere mantenerse lo más cerca posible de los RedBull. Después de haber conseguido el primer podio del año en Azerbaiján, Charles Leclerc (foto abajo) renueva esperanzas en el torneo y aprovecha para reiterar que quiere ser “campeón en rojo”, con el equipo de Maranello.
No lo ha de ser en 2023, claro está, y acaso ni siquiera en Miami logre una actuación destacada como hace una semana antes, cuando el principal drama de la SF-23 quedó disimulado por una característica particular del vertiginoso callejero de Baku.
Respecto de la F1-75 del 2022, esta SF-23 sacrificó carga aerodinámica para ganar velocidad, lo que debiera ayudarle en circuitos rápidos sin curvas demasiado veloces –tal el caso de Baku- pero en las tres primeras carreras del año demostró un apetito voraz por los neumáticos. El remedio para ello hubiera sido utilizar alerones más cargados, pero así se neutralizaba la máxima ventaja del coche.
En el reasfaltado circuito de Baku, la SF-23 no sufrió el desgaste habitual, y además pudo ser puesta a punto con un despeje menor al habitual, lo que supuso más carga aerodinámica que la volvió más competitiva: por ello consiguió superar a los Aston Martin y a los Mercedes.
La magia de Leclerc volvió a conseguir la pole con una puesta a punto adecuada para salir disparado de la curva 16 (la última antes de salir a la larga recta) pero en carrera no pudo contra la superior eficiencia de los RB19. Verstappen lo superó con DRS abierto y una diferencia de 33 km/h (343 vs 310 km/h) y cuando Leclerc quiso reaccionar un giro más tarde, le fue imposible conseguir la velocidad necesaria (311 km/h vs 309 km/h)
¿Qué va a ocurrir entonces en Miami? John Elkann y Benedetto Vigna, el presidente y el adminitrador delegado de Ferrari, sueñan con un triunfo: Estados Unidos es el mercado más jugoso para la marca italiana, dónde colocan el 40 por ciento de la producción total anual.
Pero el Miami International Autodrome tiene más curvas que comprometen la relativa escasez de downforce de la SF-23, y si el piso no está perfectamente liso –como es de suponer en una superficie que habitualmente es un estacionamiento- el despeje no podrá ser tan mínimo como en Baku. En definitiva, aunque la pista tendrá tres zonas de DRS y dos tendidos largos para aprovechar la velocidad (uno en el sector 2 y otro más largo en el 3), la puesta a punto de la SF-23 podría verse comprometida. Esos complejos de curvas (de la 1 a la 8 y de la 11 a las 16) podrían jugar más a favor de la superior carga que posee el Aston Martin AMR23 que para Ferrari.
Pero no está todo dicho. El equipo que dirige Fred Vasseur podría llevar a Miami algún alerón más eficiente que gane apoyo sin perder tanta velocidad.
O esperar una carrera más: después de Miami viene Imola, el definitivo arranque de la temporada europea, y quizás ese sea un escenario más propicio para presentar upgrades más eficaces.
En todo caso, màs allá de que los técnicos que le quedaron sigan desarrollando la SF-23, Vasseur prepara dos golpes de escena: uno es la casa segura contratación de Enrico Balbo, el ingeniero italiano que arrancó 2023 como Jefe de Aerodinámica en RedBull y en la práctica era el tercero en la la línea de jerarquía, detrás de Adrian Newey y el director técnico Pierre Wache. Balbo arrancaría en 2024, o antes, si prospera alguna negociación por la cual Vasseur cedería antes de tiempo a Laurent Mekies, el director deportivo de la Scuderia (foto), a Alpha Tauri, como fue anunciado antes de Baku.
El segundo golpe podría ser más duro: los rumores insisten en que el propio Wache fue tentado por Ferrari para mudarse a Maranello. Si consigue que ambos cambien de bando, asestará un formidable mazazo a los campeones mundiales a la vez que se refuerza con conocimientos frescos: por ejemplo, cómo diseñar y construir un DRS que genere casi 35 km/h de diferencia…