INDYCAR. DESDIBUJADOS EN MID OHIO, CANAPINO Y EL JUNCOS HOLLINGER

«Desafortunadamente no tuvimos suerte con las banderas amarillas, con la estrategia.Creo que tuvimos un ritmo decente, pero de todas formas fue una carrera muy lineal. Por lo menos terminamos, vimos la bandera a cuadros. Vamos a intentar lo mejor el próximo fin de semana en Iowa”,así resumió el Titán su accionar poco destacado en Mid Ohio.

Para el equipo de Ricardo Juncos y de su acaudalado socio, Brad Hollinger, tampoco resultó un fin de semana como hacerse notar, completado además con el despiste de Romain Grosjean a poco de finalizar que lo dejó 23ro. La llegada de los nuevos motores híbridos, pudo convertirse en un obstáculo extra para el JHR, a diferencia de equipos más poderosos y experimentados, que se adaptarían más rápido.

En tanto el año avanza, a la vista aparecen ocho fechas restantes (la más inmediata, el fin de semana doble en Iowa). Y en ese devenir, los buenos resultados Canapino ha pasado a precisarlos cada vez con mayor insistencia, y así dejar de merodear el puesto 20 en un 2024 que ha deparado complicaciones muy serias surgidas de las pistas estadounidenses. Y al mismo tiempo, otras originadas en la Argentina si de apoyos dinerarios y políticos se han tratado y no concretados, sumándose la situación judicial que atraviesa Héctor Martínez Sosa, su amigo personal, consejero y sponsor.  Circunstancias poco propicias, las de nuestro país y las de allá, que también han incidido en las huestes del Juncos Hollinger, de las que al decir de sus mentores, Juncos y Hollinger, han salido recuperando la vertical, mientras se sigue anhelando un salto en la competitividad de sus coches…

Juncos fue el impulsor abanderado para la llegada del arrecifeño a IndyCar, con la meta de insertar a un piloto argentino (casi imposible que surgiera una posibilidad así del lado de otro equipo). Y que tal incorporación fuera de manera continuada y a futuro, para convertirlo en uno más de los protagonistas de la categoría y, a la vez, que resultara el motor de proyectos guardados en su mente, a modo de pasar a ser el referente e interlocutor válido de IndyCar en Sudamérica cuando de negocios se tratara (Juncos sostiene que ejerce la representación de la categoría en la actualidad).

Ahora bien, en el marco de lo visto al momento de la presente temporada, y regresando a los episodios traumáticos de meses atrás, y en cuanto podrán influenciar en decisiones en los meses venideros, valdrá preguntarse si en la serie de factores que rodean a la participación de Agustín en IndyCar, algo se quebró luego de la polémica carrera en Detroit. La del «famoso» golpe del francés Théo Poursaire al auto de Agustín, generador de un escándalo de proporciones expandidas y cuyo saldo, al menos en forma fehaciente, no se haya podido medir aún.

A Canapino se lo sigue notando concentrado, convencido, en el rol que le toca como piloto del Juncos Hollinger por segundo año consecutivo al que le esté aportando porqué no, más de lo recibido del equipo. A la vez su brújula le debe seguir indicando la importancia de recoger más experiencias, conocimientos, secretos; afianzarse cada vez en el manejo del Dallara-Chevy n°78, para apoyar su evolución y por supuesto su futuro como piloto de IndyCar. Una categoría donde se congregan rivales de gran jerarquía, otros de menor talla pero todos con una impronta común que los distingue: van a todo o nada en cada carrera, entregan el máximo a riesgo de errores e incluso golpes. Un juego que los seguidores entienden, aceptan y hasta demandan. El espectáculo debe ser en continuado.

Agustín tiene 33 años, desde cuando era más jóven (para el automovilismo, para la vida corriente lo es) heredó de Alberto, su padre fallecido, ciertos rasgos de su personalidad, Y esos rasgos lo han convertido en un hombre que no muestra sus cartas, sagaz, astuto, calculador y analítico de los pasos a dar en público, sin casi nunca haberlos dados en falso ante la gente que lo sigue al menos. Por eso se supone que en la actualidad, cuando su segundo campeonato en IndyCar se enfoca hacia la etapa definitoria, pueda ir colocando sobre alguna mesa de su casa en las inmediaciones de Indianápolis, compartida con su esposa Josefina Di Palma, fichas que identifican los «más» y los «menos» de su presencia en IndyCar.

El resultado del conteo, lo vas a saber cuando concluya el ejercicio 2024 de IndyCar, ¿o antes?