REFERENTE.
Con la irrupción de la pandemia de coronavirus, el automovilismo virtual comenzó a ser una actividad que ganó mucho terreno y a la cual los más tradicionalistas empezaron a mirar de otra manera. Si bien los fierros son los fierros, el Simracing demostró que es necesario tener habilidades similares a las de los pilotos que, cada fin de semana, se suben a sus máquinas.
Uno de los grandes referentes de esta actividad es Agustín Cajal que, a los 31 años, es uno de los Simracers más reconocidos y que, mientras puede, también despunta el vicio compitiendo en la Fórmula 5 del Sudeste. Muy activo en sus redes sociales, lo podés seguir en Instagram y en Twitch con el usuario Aspicito.
Visiónauto habló con Agustín, quien contó cómo se metió es un mundo que promete seguir creciendo: «Este año y medio de pandemia fue una locura, porque fue cuando más me alejé de lo competitivo y más me dediqué a laburar con del Simracing. Mi pasión real son los fierros más que el Simracing. Empecé corriendo en karting a los seis años cuando el primo de mi vieja le dijo a mi papá ‘tomá, este karting es para él’, corrí un año y después mi viejo no lo pudo mantener más. La pasión quedó y, de más grande, lo pude hacer por mi cuenta durante un año y medio pero, por cuestiones de presupuesto, se volvía imposible seguir».
El bendito tema presupuestario lo impulsó a buscar nuevos horizontes: «Ante esto, opté por lo que estaba a mi alcance, que era armar un simulador. Compré el volante que podía comprar, la Play Station ya la tenía, compré el juego, enganché el volante en la mesa de la cocina y la butaca era una de las sillas del comedor, bien casero. De esa forma, desde 2017 me empecé a meter cada vez más en el mundo virtual y, cuando me di cuenta, estaba en un equipo oficial de SIM Racing y a fines de 2018 estaba clasificado a la primera final mundial, certificada por la FIA, en Mónaco».
La chance de mostrarse en Mónaco fue muy bien aprovechada por Cajal, que logró el subcampeonato del mundo: «En Mónaco salimos subcampeones del mundo 2018 representando a Toyota con un prototipo junto con un chico de Francia y otro de Japón con que hacíamos equipo porque la carrera era endurance. Al principio no era muy consciente de todo lo que se podía lograr porque empecé como un hobby. Comenzás a correr el campeonato y vas subiendo de salas y llegó un momento en el que me di cuenta de que estaba corriendo en la sala más alta de todas y sumando los puntos para clasificar».
Como pasa en toda actividad, con los éxitos se comienzan a abrir puertas y esas puertas generan nuevas oportunidades: «El título de subcampeón mundial me podía ayudar a hacer crecer todo un poco más, porque automáticamente te transformás en un referente. Y fue un poco lo que hice. Con los grupos con los que competí comenzamos a armar torneos, los transmitíamos, los relatábamos, le metimos mucha difusión, contactamos marcas, trabajamos con el Museo Fangio, con Toyota Gazoo Racing Argentina pero, a su vez, seguía compitiendo, porque no le quería sacar el foco a eso».
Si bien con la pandemia creció el Simracing a nivel global, lo que le quitó fue la chance de poder viajar para competir, una de las grandes motivaciones para los pilotos: «Con el tema de la pandemia hubo una parte y una contraparte. En el momento en el que arranca la pandemia se terminan los viajes por los videojuegos, que es algo que motivaba mucho. A fines de 2018 viaje a Mónaco por primera vez en mi vida y a los tres o cuatro meses estaba clasificado para viajar a París, a los siete meses clasifiqué para ir a Salzburgo, Austria, y, después, logré un lugar para viajar a Sidney, Australia».
NO ES SÓLO JUGAR A LOS VIDEOS
Contrariamente a los que muchos piensan, ser un Simracer no es sólo sentarse a jugar delante de una pantalla. «El nivel es muy parejo y muy realista porque lo que se busca es competir como si fuera una carrera real, y lo que tienen estos juegos es que están tan desarrollados que también sirven como simuladores. En estos juegos aprendés a hacer maniobras de carrera, aprendés a respetar reglas de competición. A los pilotos los mantiene activos», aseguró Agustín.
Enseguida apuntó que, como pasa en las carreras reales, hay pilotos de todas las características: «Nos hemos encontrado con un poco de todo. Cuando arrancamos con el Museo Fangio fue el primer grupo que nos contactó para hacer algo grande, que era un homenaje a Fangio, en el que convocamos a los mejores SIM Racers del país y los invitamos a hacer una carrera. Muchos invitados eran personalidades como Federico Bal, lo llamaron a Tito Bessone, al Pato Abbondanzieri, al Gurí Martínez, y después nos contactó Toyota Gazoo Racing Argentina para hacer un evento para los medios e influencers y todo esto tuvo una difusión mucho más grande de que la venía teniendo. Ahí se dio como un boom y muchos pilotos comenzaron a entrar al mundo del Gran Turismo , que quizás no es lo más cercano a una simulación, pero cuyo nivel competitivo es muy bueno. Se fueron metiendo pilotos reales y nos encontramos con varios ásperos».
«Tuve la suerte de competir a la distancia con Matías Rossi, Sebastián Porto, Julián Santero, Hernán Palazzo, Diego Ciantini, el otro día me invitaron a un evento de Toyota y competí contra Diego Azar, Palazzo, Santero y Franco Vivian. Estuve muy parejo con Santero, que es muy rápido, pero después también probamos el simulador que usan ellos y ahí yo estuve muy rápido», agregó con orgullo.
HAMILTON, UN TIFOSI MÁS
Uno de los grandes gustos que se pudo dar Agustín Cajal gracias al Simracing fue conocer a Lewis Hamilton cuando fue a competir a Mónaco. «Pude esta con Hamilton en persona porque lo convocaron para la primera final mundial en Mónaco, estuvo charlando con nosotros, le pudimos hacer preguntas y se sacó una foto con nosotros arriba del podio. Esa foto vale un montón. Y lo mejor de todo es que, cuando se subió al escenario, le mostré mi tatuaje del casco de Schumacher y le dije que soy fanático de Ferrari, él me respondió que también y, la verdad, no existe fanático de los fierros que no sea hincha de Ferrari», contó con entusiasmo.
Sobre cómo fue vivir ese rato con el siete veces campeón de la Fórmula 1, detalló: «Hablé muy poco con él, pero a la hora de responderme preguntas se explayó un montón, habló mucho de su lado humano y no sólo de cuestiones técnicas».
Agustín también se refirió a sus preferencias a la hora de competir: «Nosotros corríamos el campeonato entero de Gran Turismo, que era la copa de fabricantes, que son autos de GT3 y de GT4. Si bien me gusta mucho la Fórmula, prefiero competir con autos de turismo porque tienen menos carga y me divierte más».
Y comentó que, si bien hoy no puede vivir de esta actividad, en el futuro no es muy descabellado pensar en lograrlo: «Hoy es muy difícil poder vivir de esto, creo que si tenés suerte se puede. De hecho creo que Facundo Dudulec, que está en el equipo 9Z, está viviendo de esto, pero son muy pocas las oportunidades que se presentan, por lo menos acá en Argentina, donde los campeonatos no dan premios, es muy difícil conseguir plata de los sponsors… Pero quién te dice, en un futuro no muy lejano, ahora que la Asociación Argentina de Volantes nos tiene en cuenta para un montón de cosas, quizás se pueda llegar a mucho más público que antes y pueda comenzar a ser rentable para los pilotos».
Sobre las ventajas y desventajas, el tema de presupuesto es clave: «El Simracing tiene muchas cosas positivas y muy pocas cosas en contra. Si te ponés a pensar, un piloto que corre en la vida real tiene una tonelada de gastos para poner un auto en pista y con esto puede hacer lo mismo desde su casa, sin poner en riesgo el auto, sin tener gastos de ningún tipo y durante muchas horas seguidas. Está bien, no vas a sentir un montón de cosas como con un auto real, pero aprendés todas las líneas del circuito, las referencias son bastante similares, son muchos los beneficios que tenés. Entonces, la gente se va a seguir volcando a esto, las empresas lo van a seguir apoyando y todo va a seguir creciendo. Pero no deja de ser un mundo nuevo».
Agustín, que trabaja de lunes a viernes en una empresa donde se dedica a la parte de logística, tiene varios ídolos en el automovilismo. «Me quedé más con la vieja escuela. Cuando fui creciendo me hice fanático de Schumacher, quien hizo que me gustaran cada vez más los fierros. De acá, el Flaco Traverso es ídolo hoy y siempre, Ortelli lo mismo, a Ledesma lo banco muchísimo, siempre voy por el lado de Chevrolet, y de las categorías nacionales me gustan todas. Los fines de semana me levanto, prendo la TV y empiezo a mirar automovilismo. Si tengo que elegir, el TC y el TN son mis favoritas», afirmó.
«De afuera sigo a la Fórmula 1, que tiene que ser la favorita de cualquiera que siga las carreras. También me gusta mucho la IndyCar, no me gusta tanto la Nascar, que me parece que se arruinó cuando metieron esto del sprint, y el MotoGP lo veo cuando lo engancho», agregó.
Para cerrar, reveló que el mundo virtual le abrió las puertas para poder volver a correr un auto de carrera: «Gracias al Simracing estoy corriendo de nuevo en la realidad, porque me contactó el presidente de la Fórmula 5 del Sudeste, me dijo que tenía muchas ganas de hacer crecer el mundo del Simracing y, a su vez, a su categoría, que había visto muchas de las cosas que hice y que le gustaría que yo formara parte de al menos una prueba o una carrera para fomentar a la categoría. Me llevó a probar el auto, me lo dio para que corra, lo hacemos en binomio y estamos corriendo el campeonato».
Fotos: gentileza Agustín Cajal.