QUISO PERO NO PUDO.
Las ganas suelen tener un límite. Y en el caso de Marc Márquez el lógico limite físico producido por su lesión en el brazo derecho, le impidió al español concretar la hazaña de correr el Gran Premio de Andalucía de Motociclismo a una semana de su espectacular caída en el Gran Premio de España, y sólo cinco días después de la operación de la fractura en el húmero derecho.
Ante la sorpresa de muchos, Marc se presentó el jueves en el circuito de Jerez de la Frontera con intenciones de correr. Recibió la autorización médica (¿se la hubiesen dado a otro piloto de menor renombre?), dejó pasar los entrenamientos del viernes y el sábado se subió la Honda. Su primer registro lo ubicó apenas 19° a 1s2/10 de Maverick Viñales. Fue una señal que las cosas no estaban de la manera esperada, algo que se confirmó cuando en la decisiva parte clasificatoria, Marc dio una vuelta y se refugió en boxes. Minutos después se conoció el anuncio oficial de Honda que Marc no iba a participar en la carrera, segunda fecha del campeonato mundial. Según trascendió, la inflamación observada en la zona operada luego de que anduviese en pista movió a la decisión.
«El plan de la tarde era dar vueltas, pero encontró más dolor. Ha comprobado que era mejor no tomar más riesgos. Ya ha hecho mucho intentándolo. Él quería probar y lo hizo. Le hemos apoyado en todo momento. Un campeón no se puede quedar en casa, si ve que tiene un mínimo de posibilidades. Ahora tiene dolor. Quedan muchas carreras», explicó Alberto Puig, director deportivo del equipo Honda.
Fue una decisión lógica, más allá que su primera ausencia en una carrera desde que corre en MotoGP, significó para Marc un duro golpe para sus intenciones sumar su 7° título. Sin embargo ha sido un golpe menor, ante el mayor que supondría su participación con una nueva caída, que podía complicar su lesión y afectar al nervio radial. Valen las intenciones como las que tuvo Márquez, pero muchas veces vale y sirve más aceptar esos límites físicos.