HUBO UNA VEZ…
…otro domingo en que el Turismo Carretera corrió una carrera de 1000 Km en el Autódromo de Buenos Aires.
No fue en pleno invierno como el fin de semana de festejos por los 80 años, sino en el apogeo del verano porteño de 1955, exactamente el 23 de enero. Tampoco como ese año, resultó el espectáculo central de la jornada ni fue parte de algún aniversario, sino que se presentó como complemento de la carrera por el Mundial de Sport.
Ausente varios de los principales equipos de Sport, los organizadores recurrieron al “gancho” del TC para mantener el interés del público. No todos los habitúes del TC aceptaron la propuesta. Y quienes lo hicieron, debieron trabajar en los motores para elevar la potencia de 100 hp hasta casi el doble, y así no quedar tan descompensados con los 330/350 hp de los Sport más veloces en los 17. 136 metros de un circuito que excedía los límites del autódromo, para tomar parte de la General Paz, hasta llegar al Puente de la Noria (foto de apertura), y un tramo de la actual Ricchieri.
Hubo amplia mayoría de Ford (24 contra 4) sobre Chevrolet, en una grilla que completó un solitario Alfa Romeo 1900. Y como no podía ser de otra manera un Ford ganó la carrera, conducido por uno de sus máximos referentes como sin dudas lo fue Oscar Alfredo Gálvez (Juan no corrió), quien aventajó por una vuelta a Juan Carlos Garavaglia. Tercero, a 3 vueltas, llegó el Alfa que manejó Guillermo Airaldi. En clasificación general, Gálvez quedó 8º a 6 vueltas de la Ferrar 375, ganadora de Enrique Días Saenz Valiente y José María Ibañez, el único binomio argentino vencedor de una carrera del Mundial de Sport.
Dueño del auto, Saenz Valiente también conocido por el seudónimo de Patoruzú (el personaje de historietas de la época que vos quizá recuerdes), tentó primero para acompañarlo a Juan Manuel Fangio. El Chueco no aceptó por compromisos con Mercedes Benz, y luego a Oscar Gálvez quien prefirió correr en TC. La tercera y definitiva alternativa fue la de Ibañez, quien compartió el premio de 80.000 pesos de la carrera, pero no aceptó repartir el de 1.000.000 de liras que entregó Pirelli. “Ya con haberme dejado correr gratis, tengo suficiente”, le dijo a Saenz Valiente.
No fue aquel domingo 23 de enero un día de altas temperaturas, pero la exigencia de la carrera se hizo sentir en los autos del TC. Así sólo 8 de los 29 autos que largaron la carrera, entraron en el clasificador final. A esta altura del relato, te preguntarás quién o quienes acompañaron a Oscar Gálvez en el Ford. Nadie, porque el Aguilucho, como el resto de sus colegas, se bancó solito las 6h 40m 25s 8/10 que duró la carrera.
¿Qué pensarán los pilotos de los modernos 1000 Km que han necesitado uno y hasta dos compañeros para correr la misma distancia? Sin dudas son otros tiempos, otros corredores y otros 1000 Km.
Por Miguel Sebastián
Fotos: historiadeltc
Sebastián…No van a pensar nada. Porque tienen que pensar eso? No necesitan un compañero o dos. Eso fue una imposición de la ACTC , no lo pidieron los pilotos. Que ganas de embarrar la cancha viejo. Parecen chusmas de barrio.