EL SELLO DEL MAGO.
Un triunfo en el Dakar siempre tiene su valor, aunque sea una simple etapa. Esta es la satisfacción que en los quads vivió Pablo Copétti en la segunda jornada de la tradicional competencia, que en territorio de Arabia Saudita unió Bisha con Wadi Ad Dawasir, tras imponerse en esta especialidad sobre un Yamaha Raptor del equipo de Carlos Devesa, que lleva la motorización de Oreste Berta. Una nueva prueba que la capacidad del preparador argentino no conoce limites de fronteras, ni categorías.
Esta victoria parcial de Copetti, que corre con licencia estadounidense, lo coloca en el trio de punta en la clasificación general por detrás del francés Alexandre Giroud y el chileno Giovani Enrico, y por delante de su compatriota Nicolas Cavigliasso y Manuel Andujar. A este grupo no podrá unirse Santiago Hansen, quien con su abandono por la rotura del motor de su Yamaha Raptor 700 se convirtió en la primera baj argentina. Tendrá la posibilidad de reengancharse.
No viene fácil, pero ¿por qué no pensar en un festejo final argentino en una categoría donde los hermanos Marcos y Alejandro Patronelli marcaron el camino desde que el Dakar desembarcó en Sudamérica?