GANAR ES MUY BUENO, pero alberga un costado problemático: invita a seguir gastando y gastando…


Según el sitio especializado Formula Money, el promedio de los presupuestos de los equipos de Fórmula 1 para la temporada 2015 es de alrededor de 200 millones de dólares. Una buena parte de esos presupuestos se cubre con el dinero que generan los ingresos de televisación de los Grands Prix, y eso que los equipos solo reciben el 47,5 por ciento (es decir, menos de la mitad) de las ganancias globales de Formula One Management, la compañía que maneja los destinos comerciales de la categoría, compañía que conduce Bernie Ecclestone y cuyo dueño es el fondo CVC Partners.

Ahora, de los 10 equipos actualmente en el Mundial, son contados los que poseen capacidad de financiamiento propia. No más de tres o cuatro: Mercedes, el equipo bancado desde el mismo comité ejecutivo de la Mercedes-Benz en Stuttgart (el mismo CE que puso a Niki Lauda a co-dirigir el equipo junto a Toto Wolff); RedBull (cuyo dueño, Dietrich Mateschitz, edificó una fortuna personal superior a la Ecclestone, de más de 7.000 millones de dólares) porque la compañía de bebidas energéticas reinvierte más del 50 por ciento de sus utilidades en operaciones de marketing en deportes de alto riesgo y, obviamente, Ferrari, porque su equipo de F-1 es su único brazo propagandístico: la casa de Maranello no hace publicidad (no paga avisos ni lleva adelante campañas publicitarias) y su lugar como una de los dos o tres marcas más reconocidas en el planeta lo solidifica la actuación de la Gestione Sportiva.

“Siempre estuvimos en Fórmula 1 y no quiero estar vivo el día en que alguien quiera detener el programa de Ferrari en F-1 –dijo recientemente Piero Ferrari, el hijo de Enzo, que posee el 10 por ciento de las acciones de la compañía- Le Mans es interesante y parte de la historia de Ferrari, pero es imposible para nosotros hacer Fórmula 1 y Le Mans al mismo tiempo. Tecnológica y financieramente sería una tremenda demanda para nosotros. Hay que hacer una u otra”.

 

Esta billetera Ferrari cuesta 214 euros. Ellos mismos dicen que su tamaño no es ilimitado...

 

Está claro, entonces, que aún Ferrari tiene un límite. Pero también que ese borde no es estrictamente preciso. En la semana previa al GP de Malasia, La Gazzetta dello Sport, siempre de gran acceso a las premisas de Maranello, publicó que la compañía había decidido formular un esfuerzo destinado a mejorar las condiciones de competencia del equipo que ahora lidera Maurizio Arrivabene. Según el medio, Ferrari decidió incrementar en 100 millones de euros su presupuesto para 2015, que ya era de 270 millones, bastante por encima de la media de acuerdo a los números de Fórmula Money. O sea, el Cavallino Rampante se comería este año 370 millones de euros para poder correr a las Flechas de Plata. Ojo, que de ese fangote, Sebastian Vettel se lleva 50 millones a su cuevita en Suiza…

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Malasia mostró que la unidad de potencia de Ferrari está muy mejorada respecto al año pasado y que los 50 caballos que se calculaban Mercedes tenía de ventaja pueden ser unos cuantos menos. En Melbourne, en el arranque del año, Ferrari restringió su potencia máxima -respecto de lo que habían sido los ensayos de pretemporada en Jerez y Barcelona- para darle más confiabilidad a los motores (y Vettel pagó con un podio) pero es probable que, en Sepang y teniendo en cuenta las velocidades máximas alcanzadas por los coches italianos, los V6 de Maranello hayan utilizado a full su potencia.

Con una victoria en la bolsa, pero sabiendo que todavía falta mucho para poder presentarle batalla a Mercedes en todas las pistas, independientemente de las condiciones climáticas imperantes, ese incremento puede ser decisivo para terminar de modelar el Mundial. Ese es el dilema: pudiendo gastar, ¿con qué cara ahorrar?

Por P.V.

Fotos: Ferrari Merchandising

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