SIN MARGEN DE DISCUSIÓN.
Fue el mejor durante toda la temporada -todavía le quedan dos carreras- y en todas las circunstancias: con el auto liviano, algo pesado con con el lastre a tope. No importó. Por eso, Manuel Luque, de él te hablamos, concretó en Mendoza lo que, tarde o temprano, se iba a dar: el campeonato del TC 2000.
Es verdad que contó con el Renault Fluence preparado por el Ambrogio Racing que funcionó a la perfección durante la mayoría de las 10 fechas, sea en la condición de pista que fuera (ganó en seco y con lluvia). Pero también es cierto que Luque demostró una capacidad conductiva por encima de la media y una gran regularidad, que le permitió sacar una ventaja de puntos poco habitual en el automovilismo nacional.
Y una muestra elocuente de lo hecho por Manu, este santafesino de 23 años nacido un patriótico 25 de mayo de 1994 y cuyo rostro acusa varios menos, está en los números: consiguió 4 victorias (Buenos Aires, Río Cuarto y dos en Paraná), 5 poles y 5 récords de vuelta. Además, de las 18 finales disputadas hasta el momento (contando los sprint, cuando hubo), subió al podio en 9 ocasiones y en 13 oportunidades llegó dentro del top 10.
Y como si esto fuera poco, hizo que Renault lograse un título en el automovilismo nacional luego de 24 años. El último había sido en 1993, con Juan María Traverso, a bordo de la legendaria cupé Fuego atendida por el “Mago” Oreste Berta en La Fortaleza de Alta Gracia, Córdoba.
«Lograr el campeonato es una satisfacción muy linda. Hicimos un esfuerzo muy grande junto al equipo para lograr esto. Estoy disfrutando de este momento. Me siento muy bien conmigo mismo», dijo el pibe, que estuvo acompañado en San Martín por sus padres Hugo y Graciela y su hermana Valentina. «El año pasado nos propusimos pelear el campeonato y no se dio por errores míos», agregó.
Sobre su futuro, Luque se había referido en Visión (https://visionauto.com.ar/2017/07/luque-quiere-saltar-al-super/) a sus ganas de pegar el salto al Súper TC 2000, además de remarcar que no le interesa ni el TC ni el TN, y a que, si no conseguía ese objetivo, tal vez dejase de correr por un tiempo, algo que deslizó en la semana previa a su consagración. «Quiero seguir desarrollándome como piloto, quiero competir con los mejores del país. Ojalá podamos dar un salto de categoría sería un lindo desafío», se ilusionó.
Al menos, tiene banca, ya que Facundo Ardusso, líder del campeonato del Súper TC 2000 también con Renault, piropeó a Luque cuando le preguntaron por él: «Me gustaría tenerlo de compañero el año que viene. Ojalá que pueda estar, se lo merece». Y, quién te dice…
En carrera, donde Tomas Gagliardi Genné logró la victoria con el Focus de la Escudería Fela, Luque arrancó en el pelotón de adelante, tuvo un roce con el Linea de Marcelo Ciarrocchi, su rival por el campeonato, que lo hizo retrasarse, utilizó muy bien sus vueltas joker y, cuando marchaba 5°, Ciarrocchi debió abandonar por un problema mecánico, lo que sentenció la historia a su favor y desató el festejo de todo el equipo.
Contundencia, talento, regularidad, un gran equipo detrás y ganas, muchas, de tener revancha y buscar nuevos desafíos. Un cóctel letal para un Manuel Luque al que, si lo acompaña el bendito presupuesto, tiene todo el brillo propio para hacerse de un nombre importante en el automovilismo argentino.
Por Cristian Re.
Fotos: prensa TC 2000.