ENCARA EL DAKAR, mejor sentado que nunca;  sabe de que se trata, es la tercera vez que lo corre, la primera con un cuatri. Va a manejar una Toyota Hilux de punta, igual o similar a las del sudafricano Giniel De Villiers (ganador 2009) y de su coprovinciano Orlando Terranova, atendidas por el equipo Overdrive.

«Este Dakar es más difícil que los anteriores y más abierto en cuanto a candidatos, al no correr el equipo Volkswagen; yo estoy con muchas ganas y enchufado», cuenta Lucio (a la izq. en la foto junto a su navegante). La gran novedad de la edición 2012 es que se transitará por senderos peruanos, «no conozco el terreno de Perú, pero bueno habrá que afrontarlo, espero llegar a Lima y dentro de los 10 primeros y porqué no entre los 5 primeros», avisa.

El 31 se acaban las palabras, en Mar del Plata se inicia la carrera rumbo a Santa Rosa, La Pampa, punto terminal de la primera etapa (la prueba inicial de velocidad será en una zona de médanos cercana a Necochea). «Hay rivales fuertes en este Dakar, pero por experiencia sé que muchas veces tenés que correr contra vos mismo. Por eso es fundamental estar muy bien de la cabeza, preparado para afrontar los problemas que puedan surgir», afirma el mendocino café de por medio en un restaurante de la Costanera compartido también con el colega Raúl Barceló (Desde Boxes, ya!).

En el Dakar de enero pasado, Lucio corrió con una Subaru Forester, y para el que ya llega ha apostado muy fuerte. Es más, compró la Hilux y piensa seguir prendido en este tipo de competencias. La camioneta en la que llevará como navegante al experimentado Ronnieaue tiene motor V8 con 380 caballos, «cuando la probé en Marruecos llegué a andar a 195 km/h, y ahora para el Dakar el equipo ha mejorado el rendimiento, tiene un gran torque y el motor con 20 hp más».

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Alvarez y Orly Terranova comparten equipo, como te hemos dicho; Lucio parece tomar distancia de Terranova, «cada uno hará lo suyo y en forma independiente» dice, serio. Insiste en la dureza del Dakar 2012, «el más «africano» de todos porque habrá más dunas; yo creo que la verdadera carrera comienza en Fiambalá; eso sí, es una lástima que las dunas del Nihuil en mi provincia, las que conozco de memoria, apenas las vamos a tocar en unos dos o tres kilómetros; entiendo que la organización no quiere evidentemente que ya en la segunda etapa haya demasiados abandonos».

«Habrá que ver como se irá acomodando la carrera, como digo, me tengo fe para meterme adelante pero bueno, esperemos que todo
funcione y que mantenga un ritmo parejo, veloz y que no se me corra el «coágulo». Me he preparado muy bien en lo físico y mental, dos aspectos clave para este tipo de carreras; durante todo el año he pensado y trabajado para llegar de la mejor forma». «Sin dudas -admite-, si el Dakar no venía a Sudamérica habría quedado en un sueño para mì, pero ahora puedo asegurar que si algún día muy lejano estimo, volviera a Africa, igual lo seguiré corriendo. Cuando uno llega al Dakar, no te querés ir nunca más».

Fotos Prensa Alvarez
Por Carlos Saavedra

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