¿ES LA INFLACIÓN POST-COVID, O REALMENTE SE REVALORIZAN LOS ESCUADRAS?
La reciente noticia de que un grupo inversores norteamericanos, entre los que se destacaba el actor Ryan Reynolds, habían invertido algo más de 200 millones de dólares en el equipo Alpine de Fórmula 1 motivó un sinnúmero de comentarios frívolos, como le gusta a Liberty Media, la dueña de los derechos comerciales de la categoría reina.
Pocos advirtieron lo que en realidad significaba esa compra. La adquisición de prácticamente un cuarto del equipo a cambio de ese monto podía significar tanto el comienzo de la retirada de Renault de la categoría, como poner de manifiesto una tendencia que arrancó un par de años atrás y se mantiene firme.
La revaloración de los equipos de Fórmula 1.
Ese es uno de los efectos deseados de la instalación del tope presupuestario en la disciplina. Con esa limitación de gastos, se les ofrece a los grandes jugadores del mundo de los negocios en todo el planeta una oportunidad magnífica.
Los costos están limitados por el reglamento, pero las ganancias seguirán incrementándose por distintas vías: más carreras, más distribución de dinero de la TV, más ingresos en general. Un negocio brillante a largo plazo.
Quedó muy lejos aquella decisión de Honda de vender, a fines de 2008, su equipo de F-1 por una simbólica libra esterlina, para no cerrarlo y cargar con ese descrédito.
Lo compró una sociedad encabezada por Ross Brawn, hasta entonces el team principal del equipo. Menos de doce meses después, Brawn vendió el equipo –que había logrado sorpresivamente el título mundial- en 75 millones de dólares a Mercedes-Benz.
La valoración de los equipos se duplicó en la siguiente década: para adquirir el equipo Williams en 2020, el fondo de inversión estadounidense Dorilton invirtió algo más de 200 millones de dólares: 130 fueron a los bolsillos de Frank Williams, su socio Patrick Head, y otros socios menores, como el empresario farmaceútico Brad Hollinger, que invirtió una parte de lo recibido en el equipo de Ricardo Juncos en la IndyCar. El resto del dinero invertido se fue en abonar deudas…
Está bien que Williams era el último equipo de la F-1 entonces, pero algo era obvio: se podía comprar una escuadra de F-1 por algo más de 200 millones de dólares.
Hoy, eso es imposible.
Los equipos se protegen cerrando filas. Toto Wolff, el dueño del 33 por ciento del equipo Mercedes (Daimler tiene otro 33 y otro empresario farmacéutico, el inglés Jim Richards, el 33 restante), sentó su posición: la Fórmula 1 tiene que ser la Champions League del automovilismo, y no puede subirse cualquier equipo que no esté respaldado por una gran compañía.
Audi eligió el camino más: se compró al equipo Sauber, en Fórmual 1 desde 1993 pero que desde hace cinco temporadas corre bajo el auspicio de Alfa Romeo. Los alemanes de Ingolstadt acordaron pagar 750 millones de dólares (diez veces más que lo que Mercedes habìa pagado por Brawn) en tres cuotas anuales, un cronograma que arrancó este año y acabará en 2025.
Una valoración que triplica a la de Williams tres años atrás. Después del Gran Premio de Austria, Alfa Romeo sumaba 9 puntos para el Mundial; Williams, siete. En suma, no mucha diferencia competitiva entre un equipo y otro; el rendimiento no es lo que prima exclusivamente en ese incremento.
Muchos fanáticos se preguntaron si Reynolds y Cía (los fondos Otro Capital, RedBird Capital Partners y Maximum Effort Investments) se metieron en Fórmula 1 para salir campeones con Alpine. La respuesta parece ser otra: todo parece indicar que podrían haber invertido ahora para vender más adelante su parte y redondear un negocio muy interesante.
Mientras el valor de los equipos sigue creciendo, es lícito preguntarse cuánto valen los equipos más competitivos, los que no están a la venta. El sitio especializado Sportico, focalizado en los negocios que genera el deporte, publicó una justipreciación del valor de todos los equipos de Fórmula 1.
No sorprende que Ferrari sea la marca más valuada en la Fórmula 1: 3.130 millones de dólares según Sportico. RedBull, pese a ser el equipo dominador de los últimos años, está tercero en la tabla, que cierra Haas, valuado en 700 millones de dólares.
Si alguien quisiera pagar esa cifra para comprar el equipo que dirige el inefable Günther Steiner, ¿Gene Haas no estaría dispuesto a venderlo y embolsarse 700 palitos verdes?