EN MONTMELÓ, EL CLIMA NO ESTUVO EXENTO AL QUE SE PERCIBE EN BARCELONA.
Fijate esta; el Gran Premio de España, había sido declarado en Alerta 4, como un evento de máximo riesgo. Todos sabemos lo que lamentablemente ha pasado en esta ciudad en los últimos tiempos, entre el desgarrador atentado terrorista, sumado a la guerra política por la independencia catalana y la férrea oposición del gobierno español.
Por una cuestión de estricto recorte de gastos, los organizadores del GP español, no confirmaron el contrato con la empresa de seguridad que todos los años asiste al Gran Premio, y celebraron otros escasos acuerdos con empresas privadas desconocidas, reduciendo un 56% el personal respecto a otros años.
El sindicato que nuclea a los agentes de seguridad denunció la situación a la policía (Mossos D’escuadra), pero no tuvo resultado ya que era un evento privado, y el RACC (Real Automovil club de Cataluña) solo podía efectuar la denuncia.
La realidad indicó que, por ejemplo, entre otros aspectos que pudieron notarse, el tiempo de ingreso al circuito demoraba varias horas, pues sólo se habían habilitado unas pocas puertas, y el personal que efectuaba las requisas era absolutamente escaso.
Aquí no existe un APREVIDE como en Argentina, o un organismo semejante, y la policía solo alertó y se había mantenido en las inmediaciones.
La sociedad que es propiedad del circuito de Montmeló, está conformada de la siguiente manera: la Generalità (gobierno de la Comunidad) que mantiene un 72% pero incorporado a capitales privados para la organización del GP; el RACC conserva un 18% y el restante 10% pertenece al Ayuntamiento de Montmeló (diríamos, la muicipalidad).
Un dato que por lo percibido, hubo que tener en cuenta, a la hora del evento de la F-1, todos han mirado para otra lado. Y lo concreto ha sido, que la gente a cargo de la seguridad no contaba con la experiencia necesaria para controlar a las más de 100.00 personas que asistían al gran premio.
Por Daniel Jauregui (especial para Visionauto desde Barcelona)
