UNA ÉPOCA FANTÁSTICA PARA LAS CARRERAS DE LARGA DURACIÓN

En el fin de semana, en la apertura del torneo 2023 de la IMSA, con las tradicionales 24 Horas de Daytona (cuya primera edición data de 1966) dos pesos auténticamente pesados dan los primeros pasos oficiales de su renovada sociedad.

Por un lado, el Team Penske; por el otro lado, Porsche.

De un lado, el equipo de competición más famoso y exitoso de los Estados Unidos; del otro, el fabricante con más laureles y blasones en la historia de las competencias de larga duración.

No es la primera vez que se unen, ni tampoco la segunda. Pero esta tercera versión del matrimonio fierrero marca de paso el inicio de lo que promete ser una nueva era dorada en las competencias de autos sport, que alguna vez –y aunque parezca mentira- eran más populares que la Fórmula 1. Esa historia quedará para otra oportunidad.

IMSA reflota la categoría GTP, la más famosa de su historia, que cautivó a público, equipos, marcas y pilotos por igual entre finales de los ’70 y comienzos de los ’90; el último campeón de aquella legendaria categoría fue nada menos que Juan Manuel Fangio II con el recordado Eagle Toyota MkIII GTP.

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En la ocasión, IMSA decide rebautizar con ese legendario nombre a la nueva categoría LMDh, que también hace su debut este año en el Mundial de Endurance (WEC) bajo la denominación de Hypercar. Básicamente, cualquier fabricante puede escoger un chasis de los cuatro constructores permitidos (Oreca, Multimatic, Dallara o Ligier) y dotarlo de su propio motor, aunque con un sistema híbrido monomarca (fabricado por Williams).

Porsche eligió a los canadienses de Multimatic para basar su coche, y a Roger Penske para que lo gestione tanto en IMSA como en el WEC. Porque ese es el detalle mágico que augura éxito para el futuro: después de 40 años (desde la época del Grupo C en Europa, o los GTP en Estados Unidos), es posible correr el mismo coche en ambos campeonatos, con escasas modificaciones.

Penske armó dos sedes paralelas: una en Mannheim (Alemania) para su asalto al WEC y otra en Mooresville (Carolina del Norte) para su campaña en IMSA, ahora bien, los autos serán los mismos: sendos Porsche 963.

Para el fin de semana en Daytona, a la monstruosa conjunción de Porsche y Penske están oponiéndose los flamantes Cadillac GTP (sobre chasis Dallara) del equipo de Chip Ganassi; los BMW GTP de la escuadra de Bobby Rahal y David Letterman; y el Acura GTP que pone en pista la fusión de escuadras que gestionan Wayne Taylor y Michael Andretti. Hay nueve autos de la clase GTP en Daytona, un aumento del 50 por ciento de los coches en la clase máxima de IMSA respecto a 2022.

A Porsche y Penske los esperan en Europa por supuesto que Toyota, campeón del WEC de las últimas cuatro temporadas, y también Ferrari y su nuevo prototipo 499P, además de Peugeot y sus 9X8, y el modesto Glickenhaus estadounidense (impedido de correr en IMSA porque no representa a ningún gran fabricante). Todos esos coches se encuentran regidos por el reglamento LMH (Hypercar), ya que sus fabricantes pudieron construir sus propios chasis y sistemas híbridos.

La lucha promete ser encarnizada a lo largo de toda la temporada, en los dos campos. En Daytona competen 61 autos, una cifra que será superada dentro de cinco meses, en junio, cuando Le Mans celebre las 24 Horas del Centenario, un siglo después de la primera edición que data de 1923.

Los fanáticos ya palpitan el nuevo choque, como en los ’60 y los ’70, de Porsche y Ferrari. A la marca alemana la soporta un peso completo como Penske; los coches de Maranello presentados por la misma fábrica en conjunto con el experimentado equipo AF Corse. Los 499P debutan en Sebring, en marzo, no en las 12 Horas de IMSA sino en las Mil Millas del WEC. Para ese choque de planetas hay que esperar un poco aún.

Pero Daytona y el inicio de una nueva era están aquí. ¿Alguien se anima a apostar en contra de Porsche y Penske?

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3 COMENTARIOS

  1. Muy buena nota.Una linda carrera para seguir este finde.
    Tenes info sobre la dotacion de pilotos de cada equipo?

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