«HUBO PECADO DE INGENUIDAD»
Por el equipo de visionauto
Para muchos fanáticos, sigue siendo el argentino que más compatriotas logró llevar a la Fórmula 1 en los últimos tiempos. Porque si Felipe McGough fue instrumental en la efímera campaña de Norberto Fontana en la máxima categoría, Eduardo Ramírez se las arregló para insertar a Esteban Tuero y a Gastón Mazzacane en la F-1. Es cierto que sus contactos se limitaban a la escuadra Minardi y que la participación del último argentino en la F-1 estuvo muy ligada al aporte de la televisión, pero Ramírez conserva su punto de vista como el de alguien que conoció desde adentro la cocina de la política en el patio de Bernie Ecclestone.
“Para mí, Felipe pecó de ingenuo por segundo vez –señala el empresario, a propósito de la fallida experiencia reciente con Pechito López y el USF1, y la anterior con Fontana y Tyrrell en 1997- El ve todo en inglés y piensa que en la F-1 son todos prolijos y eficientes, que siempre va a estar todo bien, pero no es así, como quedó demostrado”.
El ex manager de Tuero y Mazzacane asegura que el 25 de enero, el día en que se firmó el contrato entre el USF1 y López, en la Casa Rosada, el panorama era desastroso: “Un ingeniero que trabajaba para USF1 me dijo que el 15 de enero pararon la construcción del auto y acá firmaron el contrato diez días más tarde… Pechito no desconfiaba aunque un día en que lo llamé me confesó: “no entiendo, éstos dejan de trabajar a las 5 de la tarde con todo lo que falta…”
Ramírez tiene una teoría: “Peter Windsor vino a la Argentina a formalizar
un contrato que le permitiera avanzar en negociaciones con otros sponsors en Europa, para convencerlos y que vieran que desde la Argentina ya habían dado el puntapié inicial. Así, con el contrato de Pechito y el patrocinio de acá abrochado, tenía armado su paquete: piloto, elementos, partes, y 8 millones de dólares ‘argentinos’. Cuando ví que a mediados de febrero no pidieron prórroga para efectuar el crash-test del chasis, me dije ‘chau, éstos no corren’”.
El empresario relata que recomendó a uno de los sponsors (¿Carlos Argüelles, el dueño de Tafirol?) “que no girara dinero. Fue una lástima, porque por primera vez se habían unido el ACA, el gobierno nacional y los sponsors. Por suerte, el gobierno no quedó pegado (a la chance frustrada) sino habría sido un verdadero escándalo”.
-¿Usted qué hubiera hecho en ese caso– le preguntó visionauto.
-Habría puesto más dinero para transformarlo en tester de un equipo importante y, mientras tanto, lo hubiera hecho correr con un auto potente, como un GT.
Dos corolarios para esta historia:
1. En su número de abril, el primero en cerrar una vez que se supo que el USF1 no correría, la revista “F1 Racing”, que había empleado a Peter Windsor hasta diciembre pasado… no le dedicó ni un recuadrito a la frustración, pero publicó la carta de un lector californiano en defensa del equipo fallido.
2. El Hispania Racing Team finalmente consiguió un tercer piloto, piloto de pruebas o tester, como quiera llamárselo: es el japonés Sakon Yamamoto, de 27 años, que corrió 14 Grands Prix de F-1 (más experiencia que Bruno Senna y Karun Chandhok juntos) y es un viejo conocido del director deportivo, Colin Kolles, desde la época en que el nipón corría para la escuadra holandesa Spyker, en 2007. Será interesante saber cuántas pruebas efectúa Yamamoto de aquí hasta fin del torneo…
17/4/2010