EL CAMPEÓN ES EL GRAN AUSENTE EN NEUQUÉN

Canapino le pegó fuerte al Vectra contra el muro de Santa Fe. Reconoció su error. // AIF

¿Qué pasa con Agustín Canapino? Dos piñas fuertes en 20 días le mostraron a este jovencito la otra gran cara del automovilismo. Hasta ahora todo había sido lindo, todo había sido cómodo para Agustín, con esa fulgurante irrupción en el automovilismo que sorprendió hasta su propio padre y en menos de cuatro años lo llevó desde los simuladores al título máximo del TC. Rápido, demasiado rápido…

“Fue mucho en poco tiempo para un pibe de 20 años, que a medida que fue logrando cosas se creyó que podía con todo y no midió riesgos” susurró un integrante de su entorno en la búsqueda de una explicación a esta serie de piñas. Por de pronto Canapino admitió su culpa en el golpe de Santa Fe. Distinto resultó el de Olavarría con el Top Race. Allí fue golpeado primero por Esteban Tuero y luego lo chocó Humberto Krujoski.


“Agustín tendría que ir al psicólogo” acotó otra persona cercana a Canapinito en las carreras. Con conocimiento de causa destacó lo mucho que lo afectaron los accidentes, especialmente el primero en el Top Race V6. “Lloraba sin parar cuando lo fuimos a rescatar del auto” recordó antes de destacar que “emocionalmente Agustin padeció mucho este accidente porque fue el primero ya que él arranco con los simuladores. En cambio los pibes que comenzaron en el karting y las fórmulas están acostumbrados a los golpes. Falaschi tuvo una píña similar a la de Agustín en Olavarría y volvió a boxes como si no hubiese pasado nada…”

En Olavarría, el auto de Canapino fue chocado  dos veces. No hubo culpa del piloto.

En Santa Fe no fue para tanto, pero Canapino no quiso pasar la noche internado porque recordó “que cuando estuve internado en Olavarría me deprimí mucho…”. Esto no cayó muy bien en la gente de General Motors. “Es un piloto profesional y tiene que extremar todos los cuidados” se escuchó decir el domingo en los boxes cuando Agustín ya estaba en su Arrecifes natal. 

Agustín no estuvo en Neuquén. Con criterio la ACTC decidió pararlo. Dos accidentes fuertes con traumatismos de cráneo y pérdida de conocimiento conformaban un cuadro que no era el más adecuado para darle la habilitación por más que Agustín dijera que se sentía en condiciones de correr. Como bien dicen los que cuidan a los boxeadores, es mejor parar la pelea una piña antes, que lamentar una piña después…

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