«TODO LO QUE PASA EN LAS VEGAS, QUEDA EN LAS VEGAS».
El proverbial y popular dicho conocido en el mundo, en alusión ala famosa ciudad del Estado de Nevada en EE. UU, nunca pudo aplicarse luego de aquel 17 de octubre de 1981, cuando Carlos Reutemann perdió el campeonato de Fórmula 1 por un punto, a manos de Nelson Piquet..
40 años atrás, el Lole vivió una de las mayores amarguras en su brillante trayectoria en Fórmula 1, y desde ya, los argentinos que soñamos con verlo ganador del título mundial. Corona que recayó en la cabeza de Nelson Piquet.
Se ha escrito y dicho mucho sobre el episodio resonante del 17 de octubre, sobre lo ocurrido en el Williams del Lole. Hasta hablándose incluso de «sabotaje» del equipo de Frank en perjuicio de Carlos, como «castigo» al Lole por su desobediencia en Brasil. ¿Te acordás, no?; cuando bajo un diluvio y en punta en el Autódromo de Jacarepaguá en Río de Janeiro, «no vio» el cartel que le indicaba dar paso a´Alan Jones…
Eso provocó un indisimulable malestar en el equipo deFrank Williams, a tal punto que Reutemann fue al podio con gesto adusto y sin mostrar una mínima sonrisa por el triunfo, pero así y todo llegó a la última fecha del campeonato con chances de ganar el título.
Finalizaba un año muy tenso en Williams, aguardaba la definición del campeonato en un circuito inédito, construído en la playa de estacionamiento del lujosísimo Hotel Caesar Palace de Las Vegas. El comienzo fue auspicioso para el Lole, dueño de las prácticas en un auto que le brindaba confianza. Quiso correrlo pero Patrick Head, quien diseñaba los Williams y después coparticipe de las decisiones con Frank, le respondió que era riesgoso por el desgaste que tenían portamazas y rótulas. En los entrenamientos del día siguiente, se tocó con el Brabham de su gran rival por el título, Nelson Piquet y se dañó una parrilla de suspensión.
Luego, con el coche reparado volvió a pista pero el Williams rendidor había desaparecido, no andaba como al principio. Derivó en el pase al chasis 17 que había preferido no utilizar, sin embargo, en la pista no cambió el panorama
Lo ocurrido después en la carrera, el padecimiento de Reutemann con la caja de velocidades rebelde, sigue siendo una historia sin final claro. Los cambios no quisieron entrar, fue el inicio de la debacle, días después cuando en Williams desarmaron la caja, los rulemanes de la tercera marcha comprobaron que se habían roto.
Piquet iba a finalizar quinto y Lole octavo. Adiós sueños de campeón. Una aciaga e inolvidable tarde de sábado en la Argentina, con todo un país frente a los televisores, sufrió, sufrimos junto al Lole.